DELICIAS.- Este martes se celebró en el Hospital Regional el aniversario número 33 de la unidad de terapia intensiva, la cual no sólo brinda atención a los habitantes de los municipios cercanos, sino también de otros como Jiménez y Parral, e incluso de la capital del estado.
Con el corte del pastel, el personal del nosocomio festejó estos más de treinta años que tiene funcionando la unidad, gracias a la cual ha sido posible salvar la vida de un número elevado de personas que requirieron de atención especializada.
Jorge Aldana Bustamante, director del nosocomio, recordó que la unidad de terapia intensiva inició como el sueño de un grupo de médicos que tuvo la visión, la cual se materializó. Evocó que hacia 1990, el doctor Arturo Nájera se dio a la tarea de rescatar un ventilador de una de las bodegas del hospital, con lo que comenzó a brindarse el nuevo servicio.
Más tarde, se enviaron a la Ciudad de México enfermeras a recibir capacitación en cuidados intensivos e intermedios. Después, en 1992, el Hospital Regional obtuvo el apoyo del entonces gobernador del estado Francisco Barrio para equipar la unidad de terapia intensiva, pues se necesitaba de una inversión importante.
En aquella época, el Gobierno del Estado y la Fundación del Empresariado Chihuahuense (FECHAC) crearon una bolsa para reunir recursos a partes iguales, lo cual hizo posible la adquisición de las primeras máquinas de anestesia nuevas, además de otros equipos como ventiladores, para brindar un trato digno a los pacientes.
Aldana Bustamante presumió la transformación que, desde entonces, ha tenido el hospital por contar con una unidad de terapia intensiva, lo que se logró porque diferentes instituciones públicas y privadas han aportado recursos.
Por su parte, Arturo Nájera, el médico cardiólogo que emprendió el proyecto, precisó que el área de terapia intensiva del Hospital Regional se inauguró el 3 de marzo de 1990, resaltando que la primera paciente atendida en ella sigue viva al día de hoy.
Admitió que la unidad operó durante cuatro años sin el reconocimiento gubernamental, pero gracias a una labor de convencimiento por parte del doctor Nájera, las autoridades dieron luz verde en 1994 para que el área de cuidados intensivos continuara trabajando.