Venciendo el temor a la pandemia del Covid-19, el flujo de turistas se reanudó este verano en los balnearios del municipio de Julimes que, por las restricciones del sector salud, permanecieron cerrados durante casi un año y medio al público, pero ahora inician el camino hacia la recuperación.
Este jueves 16 de septiembre, día festivo para la mayoría, se vio un movimiento regular de visitantes hacia los ocho balnearios que operan en la zona, donde todavía se extrañan aquellos días de Semana Santa cuando se registraba el arribo de hasta diez mil personas.
Eduardo Pando, propietario de uno de los centros de recreación, comentó que hace tres meses las autoridades les permitieron abrir. Pero la gente, que ha ido perdiendo el temor al Covid gracias a la vacunación, apenas empieza a llegar a las albercas que han dado fama al municipio, las cuales se alimentan en su mayoría de dos manantiales de aguas termales.
Comentó que los propietarios de estos sitios turísticos están comenzando a recuperarse económicamente del golpe que significó el cierre obligado, pues se perdieron dos periodos vacacionales de Semana Santa (cuando las albercas están al tope) desde 2020. Y los balnearios, señaló, tienen gastos fijos de mantenimiento.
“Ya tenemos más de un año y medio cerrados por la pandemia y ahorita apenas nos dejaron abrir algunos meses, y se va a acabar la temporada. A ver, Dios quiera que para el año que entra mejoremos un poco”, expresó.
Detalló que en Julimes son siete los balnearios cuyas albercas se llenan con aguas termales, procedentes de un par de manantiales, y otro de agua fría. En el centro recreativo de su propiedad, destacó, el agua corre por una acequia a una temperatura mayor de cuarenta grados centígrados. El líquido caliente desemboca en las albercas, donde la temperatura disminuye a 36 o 37 grados.
A estos sitios llegan visitantes de todo el estado e incluso algunos del extranjero, pues a las aguas termales se les atribuye el poder de mitigar e incluso sanar dolencias físicas.
“Tenemos clientes que vienen cada quince días, les ha gustado mucho, vienen muy seguido, y que les hace muy bien el agua, porque supuestamente el agua es medicinal, porque sí ayuda para los músculos, para los nervios, desinflama. Cuando se quiebra alguna persona y te metes al agua, sobre todo al canal (que está bastante caliente), no te duele tanto en tiempo de frío”, afirmó Pando.
Algunos de los balnearios continúan abiertos hasta el mes de noviembre, cuando empieza a disminuir el flujo de turistas por el tiempo de frío, por lo que los empresarios turísticos esperan ansiosos la llegada de la primavera y, sobre todo, de la Semana Santa.