Con las presas de La Boquilla y Francisco I. Madero a la tercera parte de su capacidad, este sábado 30 de septiembre finalizó el ciclo agrícola primavera - verano, que a diferencia del anterior se caracterizó por la escasez de lluvias y las altas temperaturas que azotaron a los cultivos.
En este fin de ciclo, la incertidumbre se apodera nuevamente de los agricultores del Distrito de Riego 005, quienes deberán hacer frente el próximo año a las restricciones en la irrigación, ya que sólo habrá agua para el 35 por ciento de la superficie cultivable, según el acuerdo tomado el jueves pasado en la sesión del Comité Hidráulico.
La Comisión Nacional del Agua informó que este sábado la presa de La Boquilla se encontraba al 38.5 por ciento de su capacidad y con un almacenamiento de 1114.693 millones de metros cúbicos, mientras que su gasto de extracción era de 38 metros cúbicos por segundo.
El año pasado, el embalse más importante del distrito de riego se hallaba al 77 por ciento de su capacidad y con un almacenamiento de 2238.785 millones de metros cúbicos, es decir, el doble de lo que actualmente contiene.
La presa Francisco I. Madero también cerró con un almacenamiento bajo: este fin de semana estaba al 32.4 por ciento de su capacidad y almacenaba 114.952 millones de metros cúbicos, mientras que su gasto de extracción era de 20 metros cúbicos por segundo.
➡️ Recibe las noticias directo a tu celular. Suscríbete aquí a nuestro canal de WhatsApp
Hace un año, la presa de Las Vírgenes almacenaba un volumen casi tres veces mayor, de 325.399 millones de metros cúbicos, y se encontraba al 92 por ciento de su capacidad.
Según las cifras proporcionadas por la CONAGUA, entre los dos embalses que alimentan al distrito se cuenta con un volumen de 1229.645 millones de metros cúbicos de agua, que no se pueden disponer en su totalidad para el riego agrícola porque deben descontarse las pérdidas por evaporación y filtración.
Además, debe dejarse en ambas presas un volumen de 430 millones de metros cúbicos para no perjudicar al ecosistema acuático, por lo cual el siguiente ciclo agrícola será bastante restringido.
Los productores, ante esta situación de sequía, tienen la esperanza de que el próximo año las lluvias se normalicen en las cuencas altas de los ríos Conchos y San Pedro, lo que se podría traducir en una recuperación de los niveles de almacenamiento de las presas.