El derrame de la presa Francisco I. Madero atrajo desde finales del mes de agosto a cerca de doce mil visitantes, lo cual generó beneficios económicos no cuantificados aún, principalmente en el sector de los restaurantes, afirmó Yeri Calderón Borunda, titular de la oficina de Turismo en el municipio.
Además de ayudar a los productores asegurando el próximo ciclo agrícola, las lluvias del verano y del otoño contribuyeron a llenar y provocar el derrame de la presa de “Las Vírgenes”, evento admirado por miles de personas de la región y de otros municipios del estado.
Yeri Calderón afirmó que alrededor de doce mil visitantes han venido al municipio desde el 28 de agosto, cuando comenzó a derramar la presa, hasta el domingo pasado que vertió excedentes por segunda vez.
Sin embargo, la funcionaria resaltó que los más beneficiados en este momento por el espectáculo natural fueron los “merenderos” o restaurantes ubicados cerca de la presa, ya que la mayoría de los visitantes llegaba a estos establecimientos para degustar los platillos elaborados a base de pescado.
Igualmente, destacó que la cabecera municipal recibió también a numerosos paseantes, sobre todo a partir del 15 de septiembre, cuando se iluminó el edificio de la parroquia de Santa Cruz de Rosales, lo que benefició al comercio local.
“Entonces pues estamos muy contentos: una derrama económica muy importante para el municipio y que se ven beneficiadas varias familias de aquí, del municipio de Rosales”, externó la titular de Turismo.
Comentó que todavía no se dispone de datos concretos en cuanto al monto de la derrama, pero señaló que a finales de este mes se hará un recuento para tener la información precisa.
Cabe mencionar que la presa Francisco I. Madero continuaba derramando excedentes la mañana de este martes. Según la Secretaría de Desarrollo Rural de gobierno del estado, la lámina sobre el vertedero era de cuatro centímetros, lo que representa un gasto de 4.21 metros cúbicos por segundo.
El embalse se encontraba al 100.4 por ciento de su capacidad y almacenaba un volumen de 334.75 millones de metros cúbicos, con tendencia a seguir aumentando debido a los escurrimientos en la cuenca del río San Pedro.