Considerado una planta con un amplio potencial, el sotol es objeto de investigación científica en la Facultad de Ciencias Agrícolas y Forestales (FCAyF), donde se estableció una plantación del agave hace 22 años para lograr su domesticación, obteniéndose desde entonces dos cosechas.
Precisamente este miércoles 22 de febrero, para conmemorar el Día del Agrónomo, inició la segunda jima o limpieza de las piñas de los agaves que crecen en terrenos de la facultad, con miras a producir botellas de sotol para celebrar el aniversario 70 de la institución educativa.
Jesús Miguel Olivas García, doctor en Ciencias Forestales, expuso que el sotol, una planta nativa del Desierto Chihuahuense, ha sido objeto de un programa de investigación y de transferencia de conocimiento hacia el sector productivo.
En 1995, recordó el catedrático, un grupo de productores interesados en impulsar la industria del sotol se acercó a la facultad, para buscar una forma de producir plántulas del agave. A raíz de esto, se emprendió un programa de investigación y para 2001 se estableció la plantación de sotol en un predio de la escuela.
La primera jima de las plantas para producir la bebida alcohólica tuvo lugar en abril de 2011, y este miércoles se llevó a cabo la segunda recolección de piñas, pues la intención es contar con botellas de sotol para celebrar el 70 aniversario de la FCAyF.
Jesús Olivas señaló que el objetivo principal es desarrollar tecnología para un aprovechamiento sustentable del sotol, mencionando que el programa abarca numerosos aspectos, como la botánica de la planta, la normatividad a aplicarse para su aprovechamiento, inventario de la materia prima en el estado, potencial de esta industria en México, entre otros.
El doctor Olivas García destacó que se ha tenido la fortuna de experimentar con plantaciones en otras partes del estado, si bien la establecida en la facultad fue la primera de todas, por lo que es icónica.
Igualmente, resaltó que la bebida de sotol cuenta con denominación de origen, ya que organismos internacionales sólo reconocen con ese nombre al aguardiente producido en Chihuahua, Coahuila y Durango. A raíz de ello, se generó la norma para la producción de la bebida.
Asimismo, el investigador señaló que existe un interés creciente en el sotol por parte de la industria farmacéutica para aprovechar sus azúcares de cadena larga, los cuales pueden emplearse para tratar a pacientes enfermos de diabetes, por lo que su potencial es enorme.
También, señaló que el cultivo del sotol es una de las alternativas amigables para el medio ambiente y viable para los productores agrícolas, aunque estos deben hacer una inversión que rendirá frutos a mediano y largo plazo.