Saucillo.- Sin apoyos oficiales y por amor a su oficio, los ganaderos realizan todos los esfuerzos para evitar que sus animales mueran de sed y hambre en los agostaderos de esta región, donde los hatos se redujeron aproximadamente en un 50 por ciento desde el otoño pasado a la fecha.
Así lo dijo Manuel Balderrama, presidente de la Asociación Ganadera de Saucillo, quien expuso que el costo de las pasturas para alimentar a las vacas se ha incrementado en un 40 por ciento desde noviembre.
Advirtió que la sequía está en su punto más intenso y el gobierno federal permanece cruzado de brazos, porque no ha intervenido para auxiliar a los criadores de ganado y su postura prácticamente es de “sálvese quien pueda”.
Balderrama comentó que algunos productores refieren que ha muerto “algún que otro animal”, pero hizo hincapié en que no hay mayores pérdidas de bovinos por esta causa debido a que los ganaderos hacen “hasta lo imposible por alimentarlos”, a sabiendas de que es elevado el costo de las pasturas.
“Usted sabe que nosotros, la gente del campo, a nuestro ganado y a nuestros ranchos les tenemos cariño… el ganadero sostiene sus vacas más por amor que por negocio”, afirmó el entrevistado.
Manuel Balderrama calculó que desde el mes de noviembre del año pasado, todos los alimentos para el ganado, incluyendo los concentrados y harinolinas, se han encarecido un 40 por ciento más, lo que consideró increíble.
Recordó que el problema principal en esta zona semiárida es la ausencia de lluvias y por lo tanto de agua en las presas, con la cual se riegan los campos de alfalfa que constituye la comida principal de las vacas.
“En esta zona estamos muy preocupados: lo único que hacemos es pedir a Dios que nos mande la lluvia”, expresó el presidente de los ganaderos.
Los productores, ante la falta de forrajes, han tenido que continuar vendiendo algunas de sus reses para sostener al resto del hato, el cual, estimó, ha mermado en un 50 por ciento desde septiembre y octubre.
Reiteró que hay falta de apoyo por parte de las autoridades federales, por lo cual los ganaderos se encuentran en el abandono total.
“Ya sabemos que hay una insensibilidad terrible, no, no: es muy insensible, lo que menos les preocupa es los problemas de la gente del campo”, acusó.