A pesar de que el Virus del Papiloma Humano representa una de las causas principales de muerte en el estado y en el país, existe un déficit de vacunas para prevenir los contagios debido a su alto precio, ya que cada dosis cuesta cinco mil pesos.
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“El virus del papiloma humano es la segunda causa de muerte en mujeres; en Chihuahua, somos el cuarto lugar a nivel nacional de cáncer cérvico uterino, lo cual quiere decir que tenemos un déficit, no nomás en insumos como medicamentos, sino también de vacunas”, afirmó Alejandro Pineda, médico y presidente de la Fundación Nexus.
Comentó que la vacuna contra el VPH es cara, pues cada dosis cuesta 5 mil pesos, lo cual hace que se privatice más la salud de lo que ya está, mencionando que el biológico suele aplicarse en consultorios de ginecología y muchas de las veces cuando la paciente presenta un estado avanzado de la enfermedad.
Sin embargo, señaló que la vacuna es la única forma de prevenir el Virus del Papiloma, mencionando que el tratamiento para una paciente de cáncer cérvico uterino cuesta por lo menos 100 mil pesos.
Pineda consideró que es importante el hecho de que haya campañas de vacunación, como la realizada la mañana del pasado viernes 8 de diciembre, en conjunto con el Gobierno Municipal de Delicias, a través de Servicios Médicos Municipales y del Comité Municipal de Salud, para inmunizar a cincuenta niñas y adolescentes antes de que inicien su vida sexual.
Igualmente, señaló que no existen la concientización, sensibilización y la educación sexual respecto a que también se tenga que vacunar a los hombres contra el VPH, porque ellos son “como el mosquito que anda diseminando el chinkungunyá”, ejemplificó.
“Lo mismo pasa en el virus del papiloma humano: es una de las pandemias de que no se habla, por el tabú sexual que hay, pero son de los casos más agresivos que hay a nivel mundial”, aseveró.
Puntualizó que existen políticas públicas para la prevención del VPH, pero enfatizó que falta más educación sexual, mencionando que han detectado que los padres de familia piensan que la vacuna es un permiso para que sus hijas comiencen una vida sexual activa.
Señaló que también influyen las creencias religiosas y el fenómeno de la “infodemia”, es decir, la desinformación sobre el propósito y la efectividad de las vacunas.