Los incendios accidentales y la basura que dejan los visitantes, representan los problemas principales que afectan al humedal Ramsar del río San Pedro- Vado de Meoqui, espacio natural que ayuda a mitigar el cambio climático y que ofrece refugio a numerosas especies de aves, peces, anfibios y reptiles.
Hassem Peña Caballero, subdirector de Desarrollo Urbano y Ecología del municipio, recordó que en los últimos cinco meses ocurrieron dos siniestros que consumieron arbustos y árboles en las orillas del río, por lo cual se han redoblado los rondines de vigilancia en el área del humedal.
“Lamentablemente pues son personas que andan jugando; han detectado ahí una serie de niños, sobre todo, que ya Seguridad Pública se ha hecho cargo, y hemos reforzado la vigilancia, la patrulla ecológica. Simplemente descuidos, o también de personas que asisten y fuman, y alguna bachita y se sale de control”, señaló.
Igualmente, lamentó que la gente usa el espacio del vado para recrearse y tirar basura. Comentó que el domingo pasado, cuando realizaron un recorrido por el sitio, observaron muchas botellas vacías, indicio de que las personas se reúnen a la sombra de los álamos.
Otro problema, que no aqueja precisamente al humedal de Meoqui pero que sí se ha detectado en puntos del río San Pedro, es la extracción ilegal de materiales para la construcción. Este tipo de actividad, dijo, no cuenta con el debido permiso en muchos de los casos y ocurre en los municipios de Rosales y Julimes.
Peña Caballero subrayó la importancia ecológica del humedal del río San Pedro, cuyos espejos acuáticos y arboledas contribuyen a mitigar el cambio climático, además de proveer de agua a los agricultores de las unidades de riego.
Designado Humedal Ramsar el 2 de febrero de 2012, la zona del vado de Meoqui es hogar de 130 aves migratorias que encuentran en este lugar reposo y alimento, sobre todo en la temporada de otoño- invierno, cuando llegan las bandadas de cientos, incluso miles, de pájaros desde el norte del continente.
En inviernos pasados se han contado hasta quince mil aves en los ríos San Pedro y Conchos, desde la presa Francisco I. Madero hasta el municipio de Julimes, de acuerdo con el naturalista Fernando Mondaca, quien cada año realiza conteos en la región.
De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), el humedal de Meoqui recibe en época invernal a especies como el pato de cabeza roja (Aythya americana), la garza blanca (Ardea alba) y el pelícano blanco (Pelecanus erythrorhynchos). Este último es el ave más conocida y popular del vado, tanto que un equipo local de baloncesto lleva el nombre de Pelícanos de Meoqui.
Los pelícanos llegan aquí provenientes del norte de los Estados Unidos y se concentran en el vado para alimentarse de peces. Llegada la primavera, retoman el vuelo y regresan a las Montañas Rocallosas. Cabe destacar que en Meoqui viven de manera permanente tres pelícanos, los cuales ya no pueden volar debido a lesiones en sus alas.
Otras aves que pueblan el humedal son las gallaretas, tildíos, chipes, tordos, palomas torcazas y águilas pescadoras. Igualmente, se han registrado ejemplares aislados de especies raras o amenazadas de extinción, como la espátula rosada, rascón, pato mexicano y, más recientemente, el pájaro carpintero de Lewis.