Jóvenes le devuelven el ritmo a pianos desafinados en Delicias

Alejandro Sebastián Camarillo Basaldúa y Josué Pérez Triana, dos jóvenes artistas de esta localidad, encontraron en la afinación de pianos un nicho de oportunidad que hasta hace poco se encontraba inexplotado en la región

Saúl Ponce | El Heraldo de Chihuahua

  · martes 23 de marzo de 2021

Foto: Saúl Ponce | El Heraldo de Chihuahua

Delicias- La crisis económica obliga a diversificar los servicios que prestan distintas profesiones y oficios para poder mantenerse a flote. El caso de los músicos no es la excepción: Alejandro Sebastián Camarillo Basaldúa y Josué Pérez Triana, dos jóvenes artistas de esta localidad, encontraron en la afinación de pianos un nicho de oportunidad que hasta hace poco se encontraba inexplotado en la región.

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Afinar el piano de un restaurante que tenía cincuenta años sin que nadie le metiera mano, reportó a ambos músicos la nada despreciable cantidad de cuatro mil pesos, pero el monto del trabajo que realizan puede variar dependiendo de la condición en que se encuentre un instrumento de teclas.

Alejandro Sebastián, que emprendió este proyecto junto con otros dos colegas hace alrededor de medio año, se mostró optimista sobre el futuro de su oficio porque tanto en Delicias como en Meoqui son muchas las familias que poseen un piano, pero desde hace mucho tiempo no hay personas capacitadas que den mantenimiento a este instrumento musical.

Él y sus compañeros tienen tres años preparándose con equipo y materiales para dedicarse al mantenimiento y afinación de pianos, tanto de cola como verticales, oficio que aprendió en el Instituto Superior de Ciencias Musicales de Bucaramanga, Colombia, donde comprendió aspectos sobre los distintos instrumentos.

“Y por una necesidad que yo vi en Delicias, que realmente no muchas personas, por no decir realmente que a lo mejor yo conozca, tenían este proyecto; decidimos emprenderlo yo, su servidor y otro compañero de Chihuahua, el profesor Piña”, refirió.

Señaló que esta labor puede tomar de dos horas y media hasta cinco, pues cada teclado es diferente, por lo cual también el precio que cobran a sus clientes es variable.

No es raro que los jóvenes músicos encuentren alguna sorpresa durante la afinación y limpieza de los pianos, en cuyo interior han hallado, además de polvo y pelusas, huevos de cucaracha, cigarros y hasta nidos de ratones.

Alejandro reconoció que hasta el momento sólo han recurrido a la publicidad “de boca en boca”, pero recientemente abrieron una página en Facebook, llamada “Armopiano”, para promocionar sus servicios entre los habitantes de la región, donde hay muchos pianos escondidos en espera de ser afinados.