Delicias “Para mí es un orgullo muy grande venir a celebrar esta misa de acción de gracias por todas nosotras, ya que tenemos un apostolado muy grande ante los enfermos y tratamos de que Jesús nos ilumine, porque es un deber… Él anduvo sanando y curando a los enfermos”.
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Estas fueron las palabras con las que se expresó María de los Ángeles Salgado, enfermera con 30 años de experiencia en el Instituto Mexicano del Seguro Social y quien celebró su día este lunes junto con un grupo de compañeras jubiladas y en activo.
En el templo de San Antonio el grupo de trabajadoras de la salud se congregó la mañana de ayer para dar gracias a Dios en una misa, con la que celebraron el Día de la Enfermera. Los abrazos entre compañeras y las fotografías dentro de la iglesia vinieron una vez terminado el servicio religioso.
María de los Ángeles Salgado, quien se jubiló hace 23 años, aseguró no haberse equivocado de carrera, pues tanta es su vocación que si tuviera otra vida escogería dedicarse nuevamente a ser enfermera. Su amor por el servicio la mantiene ocupada, pero ahora en otra trinchera.
“Y todavía si volviera a nacer seguiría siendo enfermera, porque yo ahorita estoy sirviendo en la iglesia en el Ministerio de la Comunión… estoy muy feliz, no sabe cuánta satisfacción tengo al ir a llevar la comunión a los enfermos y a ir a platicar con ellos, darles algo espiritual de lo que no pude cuando trabajé”, externó.
A los estudiantes de Enfermería aconsejó no dejar de prepararse, pero sobre todo que sean más humanos en el trato con los pacientes, quienes requieren no sólo de la atención médica, sino también de apoyo espiritual para sobrellevar la difícil carga que representa una enfermedad.
“Que les demos una satisfacción, que ellos queden (con) el consuelo, de tener fortaleza para que sigan adelante llevando sus enfermedades”, concluyó.
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