Tras perder a su esposo en un accidente y quedar lisiados ella y su hijo de apenas dos años, la señora Liliana Domínguez exigió a la Fiscalía General del Estado actuar en contra del conductor responsable del hecho, pues mientras este individuo goza de la libertad, ella y sus familiares tienen que pagar 500 pesos diarios por la rehabilitación del niño.
Recostada en su cama, pues a causa de las lesiones en su pierna y pie izquierdo no puede caminar, Liliana recordó que las desventuras de ella y de su familia comenzaron el 10 de febrero de este año, cuando la motocicleta en que se trasladaban ella, su esposo y Luis Alexander, su hijo menor, fue golpeada por un vehículo que circulaba en sentido contrario en una calle de la colonia Laderas del Norte.
La colisión fue fatal para su marido, quien perdió la vida después de haber luchado durante cinco días en terapia intensiva, pues sufrió lesiones en la cabeza, pero ella y su hijo quedaron, repentinamente, en una situación en extremo vulnerable. Liliana y Luis Alexander comparten una vivienda con la madre de ella, en la colonia Revolución, donde reciben ayuda de pocas personas.
“Yo me quebré el pie… mi bebé lo tuvieron que entubar; a mi bebé se lo tuvieron que llevar al Hospital Infantil. Él duró un mes entubado, ahorita tiene secuelas de traumatismo cráneo encefálico severo; él ahorita está comiendo por una sondita en el área del estomaguito, pues directo, porque él no puede deglutir su comida, no puede pasar, no puede tragar… se nos puede atragantar y se nos puede bronco aspirar”, explicó.
Ella, por su parte, se ve obligada a usar silla de ruedas para poder desplazarse, ya que su recuperación tomará varios meses. “Han sido días duros, difíciles; les digo, sí les pido conciencia de que me escuchen, por no es fácil, no es fácil esto que estoy pidiendo”, expresó.
El presunto causante de la desgracia familiar salió libre después de permanecer 48 horas detenido. Se giró una orden de aprehensión en su contra, pero inexplicablemente continúa libre, sin responder por el daño provocado a Liliana y su niño.
Mientras tanto, la familia tiene que hacer frente a los gastos que representan los tratamientos (gastan cada día 500 pesos) y sobrellevar el sufrimiento del pequeño Luis Alexander, quien pasa la mayor parte del tiempo dormido. En ocasiones el niño se pone grave y su recuperación es incierta, pues su cabeza todavía está inflamada.
“Él no nos ve, todavía no habla, no dice nada. Él ya me decía: te amo ¡Y yo quisiera que me dijera, que caminara, que corriera porque ya caminábamos juntos! ¡Mi esposo ya lo llevaba a la escuela, a la plaza! ¡Y sí: les pido justicia, yo solamente pido justicia!”, clamó entre sollozos la mujer.