Delicias Chih.- “Enviudé y me quedé sola con mis tres hijos, llegué a Delicias en 1972 y aunque no me gustaba ni para morirme, cuando vi las pizcas de chile encontré la forma de mantener a mi familia y ahora ya no me quiero ir jamás, tengo 81 años, pero me siento joven porque tengo muchas ganas de seguir trabajando”, declaró doña María Ángela Campos Martínez, quien sacó adelante a sus hijos sola, trabajando en el campo o vendiendo tamales y nopales.
“Dios me ha ayudado mucho, jamás me suelta de su mano, siempre he trabajado y un día llegó una mujer joven hasta donde yo estaba vendiendo nopales, no había vendido ni una bolsita y ese día tenía muchos gastos, me dijo ‘rece por mí’ y me dio 500 pesos, yo sólo puedo decir que me la mandó Dios y hasta hoy en día rezo por ella y doy gracias a Dios que no se olvida de mí”, narró emocionada doña María, al recordar aquel día.
Doña María es originaria de Barroterán, Coahuila, llegó a Delicias hace 47 años, después de que su esposo falleció en la mina de aquella localidad, con ella viajaron sus tres hijos: María Elena, Mario y Lorenzo, a quienes dice amar profundamente, pues los sacó adelante trabajando en el campo.
A los 34 años de edad y con una familia que sostener, doña María afirma que no se le cerró el mundo, pues cuando llegó a Delicias su primera impresión fue que esta ciudad no le gustaba para morirse, sin embargo, fue aquí donde conoció las pizcas de chile que le dieron para el sustento de sus tres hijos.
Nació en noviembre de 1938, y recuerda con cariño a personajes que visitaron la tierra que la vio nacer, como a Mario Moreno Cantinflas, Ángel Infante, hermano de Pedro Infante y a Irma Dorantes. Siempre sonriente y bromista, doña María dijo no haber conocido a Francisco Villa, “si no imagínese hubiera andado ahí en la orilla”, agregó con un tinte de picardía.
Desde que la familia llegó se han encaminado a la colonia Revolución, lugar en donde se les conoce como las Marías, pues su hija mayor, María Elena, sigue el ejemplo de trabajo de su madre, pues desde temprana hora comienzan a limpiar las espinas de nopal para salir a vender a las calles principales del Centro de la ciudad.
También se les conoce en la zona Centro por la venta de tamales, sin embargo, a raíz de un accidente de doña María, y algunas enfermedades que le han sorprendido durante los últimos años, ha tenido que dejar la elaboración de ese alimento mexicano, pero como no sabe quedarse quieta, ahora le ayuda a su hija mayor a vender nopales, aunque dice, María Elena, su hija, que su madre es quien la trae trabajando a ella, pues demuestra mucha energía.
Entre las bromas de doña María, le dice a la gente que tiene una hija mayor que ella, a lo que las personas le preguntan por qué y simplemente es porque doña María afirma no sentir que tiene 81 años, pues se siente muy fuerte para seguir trabajando en lo que más le gusta hacer, vender productos y hablar con la gente.
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