SANTA GERTRUDIS, Chih.- “Me siento orgullosa de pertenecer a la Fuerza Aérea Mexicana y como mujer profesionista me siento plena”, así categórica se expresa la mujer soldado de apenas 22 años Griselma Martínez Pinales.
Originaria de Delicias, la soldado Martínez Pinales se siente plena trabajando entre hombres y aunque son pocas las mujeres que conviven en un trabajo antes exclusivamente masculino, ella destaca por su entrega y profesionalismo.
La apertura a las mujeres en las Fuerzas Armadas ha sido una constante en los últimos años e ingresar a la Fuerza Aérea Mexicana no ha sido la excepción.
En el Centro Nacional de Adiestramiento, ubicado en Santa Gertrudis, Chihuahua, han ingresado dos soldados mujeres recientemente; a esta área que se pensaba antes era sólo exclusivo para varones, hoy las féminas toman las herramientas, los planos, las estopas y son capaces de detectar una falla y cambiar una pieza de una aeronave, que por el tiempo de uso es menester suplir.
Junto a los pilotos y mecánicos de aeronaves usadas para el patrullaje del espacio aéreo mexicano convive la soldado Griselma Martínez Pinales.
“Creo en la cuestión de aviación, me gusta, abarca bastante y en lo laboral tiene muchas oportunidades de trabajo y me da crecimiento como persona y económicamente”, dice al ser entrevistada por El Heraldo de Delicias.
Griselma viste el uniforme de soldado de camuflaje en tonos grises y negros, que incluye sus botas negras de cinta hasta el tobillo y el equipo oficial. Es de piel blanca y pelo castaño oscuro, tiene unos ojos grandes y una estatura mayor al 1.70.
Quizá si se desempeñara en otra actividad y no trajera el uniforme distintivo, habría quien diría que pudiera ser modelo de pasarela.
Ella se desenvuelve entre los hombres y trabaja en las cuadrillas que se forman para inspeccionar los aviones.
Estudió en una universidad privada de Delicias, una licenciatura, y al hacerse una convocatoria en la milicia se examinó y pudo ingresar a la Fuerza Aérea Mexicana.
“Cubrí una vacante y aquí estamos”, expresa.
“Hacemos inspecciones a los aviones de 100 horas de vuelo, 500, 600; se revisan las piezas en su gran totalidad del avión, se checan los cables, las llantas, el tren de aterrizaje, las condiciones generales del avión y si se encuentra una falla hay que repararla”, abunda.
De acuerdo a su profesión, las tareas de manteamiento que realiza es una actividad delicada, pues conlleva mucha responsabilidad. Si un mecánico hace algún tipo de trabajo en el avión y no lo hace correctamente con las medidas que debería llevar, carga mucha responsabilidad sobre la seguridad del avión cuando éste salga a surcar los aires, refiere.
“El Ejército Mexicano nos ha dado la oportunidad y es algo muy bueno que yo lo veo y lo valoro, aprende uno bastante. Aprendo del conocimiento que tienen los hombres y es una experiencia nueva en este campo de la aviación”, apunta.
Destaca que hay buen nivel de respeto, “en absoluto, me siento a gusto aquí, me gusta mi trabajo”.
A sus 22 años únicamente ha estado aquí en Santa Gertrudis y ha tenido la oportunidad de estar trabajando. “Actualmente -expresa-, las mujeres debemos tener el tiempo de dividirlo en la familia y en el trabajo”, sostiene, dice que se siente muy orgullosa de su trabajo en la FAM.
“Creo que debemos tomarnos el tiempo para apreciar la familia y también la cuestión laboral”.
Griselma Martínez Pinales finalmente hace la invitación a todas aquellas mujeres que estén en una situación de buscar trabajo y quieran ingresar a las Fuerzas Armadas: “Que no les dé miedo integrarse al Ejército, nada de cerrarse o estar cohibidas o de que esto es malo, claro que no, en su gran totalidad esto es una experiencia muy buena, el Ejército te puede abrir muchas puertas en la cuestión laboral”, dice.
La especialista en mantenimiento de aviones concluye diciendo que está muy orgullosa de pertenecer a la Fuerza Aérea Mexicana, cuya institución cumple 104 años de haberse constituido en nuestro país.
LA FUERZA AÉREA AUTORIZÓ PLAZAS PARA MUJERES: MAYOR ALBERTO RODRÍGUEZ
En el caso de la Fuerza Aérea el año pasado se dio algo que no se había visto, se autorizaron las altas de dos mujeres, dos de ellas están haciendo su trabajo normal como cualquier otra especialidad, eso es algo nuevo en la FAM, confirma el mayor de la Fuerza Aérea, piloto aviador DEMA Alberto Rodríguez.
Explica que aquí en la base de Santa Gertrudis es un plantel militar que tiene que ver con rectoría del Ejército y Fuerza Aérea Mexicana. “Aquí se dan cursos a puros oficiales de vuelos académicos”.
También se dan cursos a la gente que viene recibir instrucción de electrónica, de armamento, de motores, refiere el oficial.
En el caso de los cursos de educación militar varía el número de personas inscritas, regularmente son 30 por grupo y se hacen 3 al año. Hay otros cursos de 8 a 10 personas en áreas como la electrónica o armamento, cuyos pilotos y oficiales vienen también a recibir adiestramiento cada año.
El mayor de la Fuerza Aérea, piloto aviador DEMA Alberto Rodríguez, asegura: “Nuestra principal función como FAM es coadyuvar con el Ejército en las tareas cuando se aplica el Plan DN-III E, tanto en el país como en el extranjero.
“La FAM participa cuando hay que trasladar personal civil o militar, llevar medicinas o alimentos, nosotros coadyuvamos con ellos para que todo eso les llegue a las comunidades necesitadas o afectadas en algún desastre”, explica.
En la Fuerza Aérea Mexicana como en todo el Ejército Mexicano debemos prepararnos para servir a la comunidad, por eso actuamos con disciplina, puntualidad, estar capacitados y no dejar nada a la buena de Dios, dice el oficial piloto aviador con cargo de mayor diplomado por el Estado Mayor Aéreo.
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