Enrique Valenzuela López, director de Desarrollo Humano y Bien Común, expresó que es preocupación de las autoridades el problema de los hijos de jornaleros agrícolas que acompañan a sus padres a las labores, donde están expuestos a las temperaturas altas y a sufrir accidentes.
Aclaró que el problema no se tiene con los niños más pequeños, sino con los más grandes que pueden apoyar a sus padres en la cosecha de hortalizas para ganar más dinero. Por este motivo, Enrique Valenzuela consideró que debe hacerse una labor de convencimiento entre los padres de familia.
Indicó que los niños deben permanecer en el albergue y asistir a las clases en la escuela multigrado que se tiene para ellos en ese mismo lugar, en lugar de exponerse a sufrir un golpe de calor por andar en las labores agrícolas.
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Valenzuela expuso que los niños raras veces dan muestras de estar cansados, pues por estar jugando y divirtiéndose pueden permanecer hasta tres horas bajo los rayos del sol. Sin embargo, es en estas condiciones donde su salud está en riesgo.
Aparte, en el campo hay maquinaria agrícola trabajando y esto significa el riesgo de que los menores puedan sufrir un accidente o incluso perder la vida.
El director de Desarrollo Humano y Bien Común aclaró que últimamente no se ha suscitado ningún accidente que involucre a hijos de jornaleros, pero es esto precisamente lo que se busca prevenir con la puesta en marcha de la escuela y de la guardería.
Recordó que únicamente les han reportado algunos casos de golpes de calor en los niños, los cuales se atendieron a tiempo, pero enfatizó que es innecesario que los padres arriesguen a sus hijos llevándolos a las cosechas.
Mencionó además que sigue llegando la gente al albergue de jornaleros, cuya capacidad es para trescientas personas, recalcando que esta temporada comenzó a funcionar la estancia infantil dentro de las instalaciones, con la finalidad de que los padres trabajadores dejen a sus hijos en un lugar más seguro.
Afirmó que los padres pueden tener la confianza de que sus hijos más pequeños serán alimentados y bien cuidados, pues en años anteriores no tenían con quién dejarlos y no tenían más opción que llevárselos con ellos a las parcelas, donde se exponían al sol.