María Antonieta Torres, presidente de la fundación Fernandito Lazalde, señaló que persiste la escasez de medicamentos para tratar el cáncer infantil, señalando que el problema se ha agravado desde hace dos años en los hospitales de la ciudad de Chihuahua, donde reciben atención los niños aquejados por la enfermedad.
En el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer Infantil, que se conmemora este martes 15 de febrero, la presidente de la asociación comentó que no han dejado de trabajar para brindar apoyo a los padres de niños enfermos.
“Nuestra asociación no deja de apoyar con medicamentos y estudios médicos, que son carísimos, y que no los cubre su servicio médico”, afirmó.
María Antonieta Torres señaló que son muchos los problemas a los cuales hacen frente las familias con pacientes de cáncer, desde el desgaste emocional hasta la falta de medicamentos, siendo esto algo crónico desde que surgió hace once años la fundación.
Sin embargo, la escasez de medicinas se ha agudizado desde hace dos años en las instituciones de salud que atienden a los enfermos de cáncer, sobre todo en la capital del estado, lo cual es incomprensible para la asociación, que atiende a 120 niños actualmente.
Esta situación afecta con mayor dureza a las familias que son de bajos recursos, pues tratar un mal como el cáncer es caro. Los medicamentos para los pacientes, señaló la entrevistada, pueden costar desde 1 mil 200 pesos hasta 400 mil pesos.
“Con eso también tienen que lidiar los padres de familia, aparte del dolor, con la necesidad de comprar esos medicamentos y la angustia de no acabalarlos. Muchas veces, al estar tan carísimos, los medicamentos que se van hasta 300 mil, hasta 400 mil (pesos), también hay angustia por parte de los que manejamos esta asociación”, externó.
Pero los múltiples problemas no impidieron que se conmemorara el Día Internacional de la Lucha Contra el Cáncer Infantil. La mañana y tarde de este lunes, integrantes de la asociación se dedicaron a adornar con globos amarillos y dorados la plazoleta del reloj público, para recordar a la gente los signos de alerta para detectar el cáncer en los niños.
En años anteriores se acostumbraba realizar una caminata por las calles de la ciudad cada 15 de febrero, pero esta vez, debido a la pandemia, solamente se decoró el reloj.