Una línea muy delgada divide la violencia familiar y la tortura sufrida por algunos menores; en los dos últimos meses se han reportado en la región al menos nueve casos de infantes maltratados por sus padres o tutores legales, los delitos van desde omisión de cuidados, lesiones, hasta la muerte.
Aunque el caso de la niña reportada en Alerta Ámber, Camila Guadalupe D. G. por su desaparición al fallecer su madre, no es un delito, no deja de ser importante para el ambiente psicológico para ella. La historia es que su padre se la llevó sin que los familiares maternos estuvieran de acuerdo y estos reportaron a la Fiscalía, sin embargo, a decir de los especialistas, aunque el padre tenga problemas de alcohol o drogadicción a falta de la madre, él es quien tiene la guarda y custodia del menor y para quitársela es necesario un juicio.
La lamentable lista comienza el domingo 13 de mayo con un bebé de apenas tres meses de edad que fue encerrado en una camioneta Ford F-150 color blanco afuera del bar “Apolo” mientras la madre de nombre Merced de 24 años de edad se embriagó en el interior del lugar por horas.
El menor fue rescatado por dos agentes de Seguridad Pública de Meoqui, quienes además detuvieron a la mujer en el interior del negocio mencionado, para luego ponerla a disposición del Ministerio Público y el niño a resguardo del DIF de Delicias, el resultado final es que el pequeño fue dado en guarda y custodia a la familia materna. Por su parte “Merced” enfrentó cargos por omisión de cuidados y salió en libertad por medio de la justicia alterna.
El 24 de mayo se dio a conocer públicamente el riesgo en el que “José Luis”, un pequeño de 7 meses, estuvo al ser golpeado por su padre de profesión militar y provocarle traumatismo craneoencefálico leve. Aunque al principio por la inflamación de la cabeza se creía que era una situación más grave, el infante salió ileso, quedando a cargo de la madre “Susana” quien también fue víctima del militar. Los cargos por violencia familiar pueden tener una pena de uno a cinco años de prisión, sin embargo se dio a la fuga.
En Meoqui “Valentín” de apenas siete años de edad fue rescatado por agentes de Seguridad Pública en medio de la noche, quedando a cargo del DIF y casa hogar en Delicias desde el 16 de mayo; pasaron seis días completos cuando un familiar hizo el reporte de persona desaparecida en la Fiscalía Regional y se le informó que el menor se encontraba en el hogar de niños.
El DIF en coordinación con la defensoría del menor entregó la guarda y custodia a familiares maternos de la ciudad de Cuauhtémoc, ya que ninguno de los padres se logró hacer cargo del niño.
El municipio de Camargo se estremeció con la muerte de la niña Érika Bustillos de apenas 2 años, quien falleció por deshidratación, hambre y después de morir los animales carroñeros hicieron de las suyas alimentándose de sus extremidades. Érika pertenecía a una familia de la etnia tarahumara quienes la reportaron desaparecida desde el 19 de mayo.
Los hechos ocurrieron cuando la menor se encontraba al cuidado de otra pequeña de 10 años, mismos que jugaban en la cuenca del río perdiendo a Érika de vista y encontrándola sin vida por medio de grupos de rescate hasta el 21 de mayo.
Un hecho también lamentable y estremecedor se dio a conocer el 29 de mayo en la carretera Delicias Ortiz, donde un bebé de 3 meses fue encontrado muerto a causa de golpes en todo el cuerpo, pero una fractura craneoencefálica y tórax fueron las que finalmente quitaron del sufrimiento al que era sometido un ser tan pequeño; las autoridades hasta el momento no tienen conocimiento de quiénes fueron los padres.
En Meoqui el viernes 8 de junio dos hermanos de 9 y 10 años salieron a buscar comida porque tenían hambre, llegaron a casa de una tía que al escuchar el motivo de su visita llamó a una unidad de Seguridad Pública, los menores fueron puestos en resguardo del DIF y depositados en casa hogar donde pasaron el fin de semana, J.J. de 9 años e I.O. de 10 años fueron entregados en custodia a su padre biológico debido a que la madre no se encuentra en condiciones para hacerse cargo de ellos.
Y finalmente un caso denunciado a las autoridades de la defensa del menor el 25 de mayo, es el de “H” de 10 años, un niño que era golpeado violentamente por su madre de nombre “Imelda” quien actualmente enfrenta un proceso penal en libertad por violencia familiar.
El menor está a cargo de un familiar cercano, más que golpes y daños psicológicos sufridos por este pequeño por parte de su madre, eran torturas que sólo de pensarse para un adulto son dolorosas, como el hecho de golpear sus manitas con una cuchara y reventar sus dedos en sangre, no dejan margen para imaginar siquiera el dolor del niño.
No dejemos pasar estos hechos como normales, aunque las autoridades se encuentren haciendo lo propio, como sociedad es necesario un llamado de atención para personas cercanas a un niño maltratado de cualquier forma, para denunciar ante el DIF y las autoridades correspondientes y sean ellos los que le den seguimiento a los casos de omisión de cuidados, violencia familiar y otros tipos de abusos contra menores.
