"Ahí está el agua que querían cabr#@$&", esto es Camargo, cu#@$%", gritaron al unísono un par jóvenes trabajadores del campo provistos de palos, tubos y piedras que echaron al río 2 camionetas de Conagua al canal principal del río Conchos y luego de que en turba unos 500 habitantes de la región corrieron a unos 100 elementos de la Guardia Nacional que protegían la derivadora Las Pilas.
Allí por la carretera a la presa La Boquilla, a unos cuantos kilómetros de la cabecera municipal, fue el escenario de confrontación entre productores y habitantes de la región contra los gendarmes.
Fueron tres horas de roces, gritos y peleas con tubos, palos y piedras. El saldo fue leve, algunos descalabrados y sofocados, más por el lado de la milicia.
Pero esas tres horas ante un sol abrasador hizo olvidar el coronavirus, la caída del dólar, el desempleo y el aumento en los básicos.
Luego de saber saqueada la presa La Boquilla, decenas de habitantes, en su mayoría jóvenes, llegaron rijosos a defender el agua, los cultivos y la economía de la región.
Provistos de palos, tubos y piedras se lanzaron versus la Guardia Nacional. No importó ir sin máscaras o escudos, no se intimidaron con los toletes o los gases lacrimógenos, nada.
La ira e impotencia los desbordaron, Delicias había hecho lo suyo, pero Camargo no quiso quedarse atrás.
"Vamos a pegarles donde les duela al Gobierno Federal, no tenemos por qué afectar al estado". Y repentinamente de un bloqueo carretero cientos de habitantes de la región, entre campesinos, obreros, choferes y hasta algunas amas de casa, se sumaron a la protesta.
Fueron y pelearon por lo suyo, por el bocado de comida, por la necesidad económica. Los más aguerridos secuestraron dos camionetas de CFE y las quemaron. Piedras, tubos y palos volaban por los aires, pero el arrojo norteño salió a flote.
Confrontaciones sobre el puente de Las Pilas del río Conchos no cejaron, peleas y golpes, amagos y gritos, un atropello que casi se vuelve tragedia, pero el orgullo chihuahuense de pelear por el agua que es vida no paró.
Luego de escaramuzas intensas, heridos y cortados, quemados por el gas lacrimógeno, los camarguenses sacaron de las oficinas de Conagua a los gendarmes y los echaron a pedradas.
Saquearon y destruyeron oficinas, echaron 2 camionetas al canal principal Conchos y abrieron la puerta a la negociación para el cierre de la presa La Boquilla.
Gritos, golpes y palos y con el pecho por delante: "Esto es Camargo cab#@$*&".
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