Extorsiones, cuotas, maltratos y una serie de injusticias más, son las que se están viviendo día con día en las instalaciones del Cereso número 4 en la Ciudad de Parral, donde familias de varios internos, aseguraran que por lo menos 14 trabajadores del Cereso, toman el control del lugar y generan ganancias económicas con sus abusos.
El grupo de denunciantes que tuvieron el contacto con El Heraldo de Chihuahua, decidieron guardar el anonimato, ya que temen que sus familiares internos, sean identificados y existan repercusiones graves, que se sume a los abusos de autoridad que existen actualmente en el interior del penal estatal.
A decir de los quejosos, existe maltratos y golpes a los internos del penal, quienes tienen adeudos en droga y en la tienda, por lo cual ejercen este tipo de presión para que obliguen a los familiares de afuera a que paguen los saldos pendientes ya que ellos no podrán cubrir los miles y miles de pesos que adeudan.
“Lo que nos obligó a venir, luego de varios años de injusticia es que ayer uno de los internos fue golpeado, y este por su frustración y cansancio intentó quitarse la vida, nosotros no queremos que pase eso con nuestros familiares, ellos reciben golpes y están a punto de organizar una revuelta en el interior y por consecuente habrá personas sin vida” explicó.
Los inconformes, explicaron que existe una serie de abusos, principalmente en el tema de cobros, pues existen cobros por llevar de comer a los internos, mantienen una cuota de 10 pesos por interno para dejarlos salir de las celdas y el costo del alimento es dos o tres veces mayor a lo que cuesta ordinariamente.
Aseguran que existe una amplia distribución de droga en el lugar, que en algunos de los casos los internos no desean consumir y en cambio deben adquirí por presión de los guardias del penal, quienes les fían para que consuman y esto hace que los mismos tengan deudas importantes, que le generan ganancias a los encargados de vigilar las celdas.
Entre los trabajadores que fueron señalados, son Fabián Ontiveros, Oficial Montes, Oficial Alpires, Oficial “vaquita”, Oficial Villegas y Oficial Madera, los cuales trabajan de la mano de conocidos patrulleros como Raúl Silva, Omar Contreras, Oficial Inostrosa, Oficial Arellano y el Oficial Olague quienes son los encargados de cuidar y vigilar a los internos.
Aseguran que todo este tema de abusos, cuotas, extorsiones, amenazas y consumo de droga en el lugar, es orquestado por dos personas, quienes fueron identificados por los denunciantes como el Comandante Barrios 1 y el Comandante Pérez 2, que instruyen y permiten esta serie de hechos en el interior del Cereso 4 de Parral.
Los familiares han soportado los abusos de estos trabajadores por varios años, pues sus internos, deben de pugnar años encerrados en las celdas, pero el abuso de autoridad y demás cuestiones que sufren en el interior, les hace más difícil su estancia en el lugar, tanto a los internos como para los familiares que ven como ocurre todo sin que nadie haga nada.
Aseguran que la comida del lugar no es la apta para el consumo humano, por lo cual deben darle dinero a los internos para que compren comida en la tienda del Cereso 4, pero los precios están al doble o triple de lo que comúnmente cuestan fuera de las instalaciones y en muchas de las ocasiones son retenidos por los guardias del cereso.
“Las sodas nos cuesta 20 pesos, un papel de baño 10 pesos, les cobran 10 pesos por salir de las celdas, una torta cuesta 40 pesos y si queremos meter comida de nuestra casa, nos quitan 200 pesos para ingresar la misma, pero que hacemos deben de comer porque ellos no les dan buena comida, está en pésimas condiciones y no sabemos que hacer” comentaron los inconformes.
Platican que en el interior del Cereso 4 de Parral, con los abusos que cometen los guardias, tienen un ingreso extra para llevarse a sus casas, pues tienen cuota a la mayoría de los internos y son hasta los que distribuyen algunas sustancias ilegales como droga, pues es permitido por los altos mandos para generar ganancias a costa de los internos.
Reiteraron que no todos los guardias son iguales que los antes mencionados, pues explican que hay varios de los trabajadores que se han reunido con los afectados para invitarlos a que realicen denuncias pertinentes, pero que nadie se ha decidido a hacer algo por el temor de una represalia, “imagínese, si así les pegan, ahora que se enteren que estamos denunciando algo, nos los matan”.
En su desesperación, han tenido la intención de acercarse con el Fiscal General del Estado, pero por el mismo tenemos no han tenido la seguridad de comentarlo con alguna autoridad, pues dicen que pueden estar coludidos y las represarías no se harían esperar, por lo cual optaron que su única solución es un medio de comunicación que les brindara la seguridad de proteger sus datos y los de los internos.