Un nuevo espécimen de mosasaurio fue descubierto en la región de Ojinaga por el maestro Abelaid Loera Flores, egresado de la Facultad de Ingeniería, quien explicó que el cráneo se encontró durante la exploración de potencial de gas cerca del poblado de San Antonio Bravo, aproximadamente 80 kilómetros al norte en el cauce del arroyo El Víctor, junto al río Bravo.
Se trata del cráneo de un animal marino perteneciente a la familia de los mosasaurios, previamente descubiertos en Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas y Puebla, pero no en Chihuahua. “El cráneo está completo, es hasta ahora el cráneo de Tylosaurus más completo en México, el otro mejor conservado está en Múzquiz, pero es de un género distinto”, añadió.
El investigador señaló que entre las características que distinguen este hallazgo destacan el cráneo en forma de “V”, proceso rostral bien desarrollado, 12 a 13 dientes maxilares y dentarios, sutura premaxilar-maxilar y proporciones similares de la mandíbula y del hueso cuadrado. Y reiteró que aunque los Tylosaurus son similares a T. Proriger y T. Nepaeolicus, la ausencia de un proceso infrastapedial indica que está más relacionado a T. Kansasensis.
Loera Flores destacó que el estado de Chihuahua tiene mucho por ofrecer a la paleontología de reptiles marinos del Cretácico y al estudio de la evolución, ya que el cráneo articulado completo sugiere la presencia del resto del esqueleto aún sepultado en el lugar del descubrimiento u otros fósiles en la cercanía.
El investigador universitario abundó que el primer mosasaurio encontrado en el mundo fue en Maastricht, Holanda, pero no se le identificó hasta mucho después, sólo se le llamaba “el gran animal de Maastricht”, restos de mosasaurios se han encontrado en todo el mundo, incluso en Antártida.
Para efectos de la escala de tiempo geológico, el Turoniano es la edad de la época Cretácea Superior del periodo Cretácico de la era Mesozoica del Éon Fanerozoico, que está comprendida entre 93 millones y 500 mil y 89 millones y 300 mil años atrás, aproximadamente.
Informó que el ejemplar fue parcialmente restaurado en Chihuahua por un lapidario, y se conserva en la oficina Regional Norte del Servicio Geológico Mexicano, ya que al reportar un hallazgo en una publicación académica, debe permanecer en un sitio de acceso público, como un museo o institución para su estudio y conservación. Aclaró que el descubrimiento de este fósil fue en 2011, pero el artículo se publicó hasta 2013.
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