Ni la nieve, ni la temperatura de 0 grados con sensación térmica de -7 grados centígrados, detuvo a los matachines de la Danza Guadalupana de la Parroquia de San Francisco Javier, en su rezo en forma de danza para realizar la despedida a su último adiós.
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El estruendo de tambores que retumba en los cerros de la Sierra de Nombre de Dios, rompió el silencio de una noche callada por la nieve y el frío, cuando los matachines de la Danza Guadalupana de la Parroquia San Francisco Javier realizaron una danzada por el eterno descanso de un joven que recientemente perdió la vida.
A pesar de que el termómetro marca 0 grados centígrados y una sensación térmica de -7 grados, la calle Monte Hermón de la colonia Quintas Carolinas se llenó de vecinos, y también curiosos, que acompañaron a la familia en el último adiós de su ser querido.
Como homenaje a su vida, el cuadro de matachines fue montado frente a la plazuela del Camino Real, en el límite poniente del barrio, donde los tamboreros colocaron una fogata para tolerar el intenso frío, mientras los danzantes rezaban con sus pasos en un respetuoso y solemne baile.
Del otro lado de la calle, había niños que ajenos a la pérdida del hermano y del amigo, se divertían jugando con bolas de nieve, disfrutando de la nevada con la que se despidió la víspera del último día del año 2020.
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