"Ser rarámuri y tener la sangre de los pueblos indígenas de Chihuahua es algo muy especial, no me gusta decir porqués, no me gusta decir cómos, pero sé que soy parte de una historia”, señala.
Efraín dedica su tiempo a apoyar a otras personas de su comunidad para desarrollarlos como emprendedores, “estoy muy orgulloso de ser parte de esa familia, yo sé que actualmente estamos en un cambio muy fuerte hacia el interior de los pueblos, y agradezco también a la vida ser parte de esa tribu”, indicó.
Contó que una de las grandes inspiraciones en su vida para emprender es su madre, quien dejó la Sierra Tarahumara para vivir en la ciudad cuando él era muy pequeño, “esa mujer es una inspiración para mí, me enseñó a no darme por vencido, me explicó también mi pasado, parte de mis abuelos fueron líderes de los pueblos que elegían y sabían mucho sobre el servicio de las comunidades”.
Su gran proyecto es Emprendedor Rarámuri, una metodología para desarrollar emprendedores, la cual surge de la necesidad de su comunidad de buscar alternativas para desarrollarse, “he fundado asociaciones, he fundado otros negocios, pero ver a otra persona que pone su negocio y lo desarrolla no tiene palabras”, dice con el orgullo que caracteriza a su raza.
Para Efraín, este es un pretexto para enseñarles a los demás que sí pueden, por lo que su metodología es una mezcla de aspectos culturales con conceptos que ayudan a otras personas a desarrollarse.
“He apoyado negocios como tiendas de abarrotes, con personas que no sabían ni vender, que no querían moverse porque les daba pena o vergüenza el hablar con la gente o convivir, montamos los proyectos, empujamos y los aventamos”.
Efraín se encarga de explicarle a los de su comunidad el trayecto, los cambios que pueden hacer, lo que pueden aprender, con lo que dota de valor a las personas para que empiecen a desarrollar los proyectos.
Al preguntarle sobre cómo se puede apoyar esta iniciativa, Efraín indica que lo más importante es abrir espacios para la comunidad rarámuri, “abriéndoles un espacio y sobre todo apoyarlos (…) dándoles empujones de que sí pueden estudiar, pueden hacer algo de sus vidas, darles motivación”.
“Por naturaleza soy miembro de esa familia, soy de sangre rarámuri y sí me considero un representante porque no sólo representamos el liderazgo de nuestro pueblo sino también las tradiciones”. Efraín asume esa responsabilidad, para que su cultura sea expresada en otras partes, para que sirva como ejemplo de éxito y de desarrollo y si es posible, poder aportar algo a la sociedad.