El día que mataron a nuestra madre

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  · miércoles 26 de abril de 2017

 LILIA AGUILAR GIL

Cuando llegué a la Ciudad de México nunca pensé que tendríaque volver con un vestido negro en la maleta y con el alma, si esque existe, destrozada para el funeral de mi madre. Llegué elmiércoles 19 de abril, cansada y dolida por la revictimización,la falta de capacidad y la estupidez de la Unidad Antisecuestros deChihuahua (UECS). Vine con la esperanza de lograr atraer el caso desecuestro de mi madre a la PGR. Llegué a tocar las puertas deviejos conocidos y amigos para buscar encaminar adecuadamente lainvestigación; de lo que el Estado se negaba a aceptar es que setrataba de un secuestro. Mi mamá llevaba ya 15 días desapareciday la UECS nunca investigó su posible secuestro. Incluso despuésde haber tenido en sus manos al sospechoso, al autor intelectual dequien cometió el ilícito, lo dejaron en libertad, ¡en dosocasiones!

Mi jefa, como me gustaba llamarle, era una mujer de carácterfuerte, “una cabrona”, diría ella a mucha honra, con unaincreíble capacidad para amar y tratar de hacer el bien. Toda suvida había estado en lucha social. Dedicó toda su juventud y suvida adulta a la Escuela Secundaria y Preparatoria por cooperaciónGenaro Vázquez Rojas, donde todos mis hermanos y yo estudiamos.Fue esta confianza y esta terrible tendencia de querer salvar atodo el mundo lo que la llevó a la muerte.

Mi madre, engañada, fue privada de su libertad en un centrocomercial en Chihuahua capital, el miércoles 5 de abril a las16:30 de la tarde. Dos horas después, un hombre, un monstruoinferior, traicionero y enfermo, que mi mamá había cuidado yprotegido como a su propio hijo, recogió su camioneta encompañía de 4 personas más, sus cómplices, y así sin más,desaparecieron.

El día jueves este monstruo enfermo y traicionero se presentósin remordimiento a declarar a la Fiscalía de Chihuahua. Dijo, enesa primera declaración, que no había visto a mi madre, que nosabía nada de ella. Más aún, esa mañana, la familia, en laconfianza que le teníamos, pedimos su ayuda para encontrarimágenes en cámaras de la escuela donde él trabajaba con mimamá, para ver algún movimiento sospechoso. El monstruo enfermo ytraicionero utilizó esta confianza para elaborar su coartada.“La maestra”, como todos la llamaban, decía él, “se habíaido por su propio pie”. Más de 6 declaraciones distintas dioeste individuo a la Fiscalía de César Peniche en Chihuahua, todascontradictorias, todas mentirosas.

El día viernes 7 de abril hubo una llamada de rescate y luegouna de cobro. El delito era ya un secuestro, sin embargo la UECS,la Fiscalía y el Gobierno del Estado lo han negado hasta elúltimo momento. Ese mismo día, la UECS decidió dejar ir almonstruo traicionero, al asesino, alegando que lo seguirían por sutelefonía, ¡mentira, nunca le entregaron su teléfono! ¡Nunca losiguieron! “Se nos peló”, reconoció el director de UECSfrente a mi familia.

“Su mamá se fue por su propio pie, dejen de buscarla y dehacer pedo”, dijo el comandante Antisecuestros de Chihuahua a unade mis hermanas. ¡Hasta se atrevió a decírselo a la familiacompleta el domingo 9 de abril en la sala de mi casa! Cuando lepreguntamos su fuente, él citó la declaración del monstruoenfermo traicionero y bipolar, el mentiroso que la mandómatar.

Desde entonces todo fue revictimización.

Sin fundamento alguno, para cubrir su propia incapacidad, laUECS insistía en que mi madre se había ido por su propio pie, porproblemas personales, sin precisar nada en concreto, tal como lodeclaraba nada más y nada menos que el que la mató.

Le creyeron al victimario y victimaron a mi madre y a mi familiamiles de veces. Nos sugirieron que mi madre aparecería en algúnlugar, “tomándose un coco en la playa”. Investigaron suscuentas, sus perfiles médicos, su pasaporte, su visa, sucomportamiento telefónico, pero eso sí: Nunca, nunca investigaronal sospechoso, ¡jamás! Desestimaron videos, pruebas, llamadas, noinvestigaron en ese momento, telefonía, vínculos, nada,básicamente estaban centrados en probar su teoría preconcebida. Ycomo no encontraron nada, optaron por el rumor, las filtraciones,los trascendidos, como si mi familia no fuésemos personas, nofuésemos víctimas, como si no sufriéramos la pérdida. Hurgaronen nuestras vidas y como no encontrar nada, su última opción: la“señora tenía que ser débil por su condición de mujer”,porque claro, eso vendía a los medios amarillistas y losexoneraba.

¿Por qué todas las mujeres que desaparecen tienen que serrevictimizadas por su condición de mujer? Como lo vi, lo leí y loaprendí cuando traté con víctimas de desaparecidas. Como loviví hoy con mi madre. Siempre es más fácil desacreditar a lamujer victimizada.

Le digo a la Unidad Antisecuestros de Chihuahua y a quien quierahacerlo de nuevo; ¡NO vamos a permitir que manchen el nombre de mimadre para cubrir su incompetencia! Incompetencia que está yestará debidamente documentada.

El Gobernador del Estado, que argumentaba originalmente que noera un secuestro por “sabrá Dios qué”, conoció a sucomandante Antisecuestros el día martes 18 por insistencia nuestrasobre la falta de avance en la investigación. Ya no era unproblemita, ya no podían darnos vueltas legales, ya no podíanargumentar argucias legaloides y mentirosas. ¡O el Gobierno tomabael caso con seriedad y reconocía el secuestro o quedaría enevidencia sus ineficiencias y su estrategia por desacreditar a mimadre!

La UECS de Chihuahua es o una desgracia para el gobierno deJavier Corral o un síntoma del mismo; eso le toca a loschihuahuenses decidirlo. No pido la cabeza de los incompetentes,como el Director de Antisecuestros o su violento comandante, esmás ni siquiera la del fiscal Peniche; no es el odio lo que nosmueve, ¡sino la necesidad de justicia! Les tocará a ellosdemostrar en la incompetencia, en la ineficiencia, en la mentira,que son más que un buen currículum o los resabios de una unidadque se concentró en una persecución política y olvidó a loschihuahuenses.

El desenlace: los asesinos sueltos, la madre de Iskra, Rubén,Hanoi, Tania, América, mi madre; la compañera y cómplice deAguilar -como ella llamaba a mi padre- la nanny de César Rubén,Alexa, Rubén, Hanoi, Lenin, Ángel, Ximena e Iskra, la hija deCarmelita, la hermana de Paty, Fito y Marcial, la maestra MatildeGil Herrera, apareció con un balazo en el cuerpo, con señas dehaber luchado por su vida, ¡aguerrida como siempre mi vieja!Enterrada en un hoyo en un terreno baldío, su camioneta calcinaday nuestra familia: destruida, tratando de reconstruirnos, dereencontrarnos vestidos de negro, y sin la cabrona que nos formó ynos hizo a todos, inclusive a mi padre.

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