Juan Mejía José salió de Guatemala su país natal hace 20 días en busca del sueño americano, sin embargo desde hace tres días está en espera que las autoridades americanas le permitan entrar junto con su niña de tres años de edad.
Lleva dos noches que duerme en la joroba del puente internacional Paso del Norte esperando que le permitan ingresar a Estados Unidos.
Relató que la vida en Guatemala es muy difícil, sobre todo por la falta de trabajo, es por ello que decidió venirse a tratar de cruzar a Estados Unidos junto con su niña, mientras su esposa y la hija menor se quedaron en su país.
Juan indicó que tiene un amigo en Tennessee, Estados Unidos, y fue quien lo invitó a ir a Estados Unidos.
Explicó que la situación en Guatemala está muy difícil ya que no hay trabajo ni dinero y cuando hay trabajo pagan muy poco dinero que no alcanza para mantener a su esposa y sus dos hijas.
Más información en nuestra edición impresa de El Heraldo de Chihuahua.
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A pesar de ser una gran minoría, en la segunda caravana aún se pueden observar familias o menores de edad viajando sólos. Foto: Roberto Hernández
En el municipio de Ignacio Zaragoza, cientos de migrantes duermen en las calles. Foto: Roberto Hernández
La segunda caravana está conformada en su mayoría por hombres. Foto: Roberto Hernández
Algunos migrantes viajan con lesiones causadas desde el momento en que entran y deben enfrentar a la policía federal. Foto: Roberto Hernández
Entre los migrantes se menciona la presencia de integrantes de pandillas o delincuentes, sin embargo, no los señalan para poder seguir el viaje sin meterse en más problemas. Foto: Roberto Hernández
En la Parroquia del Señor de Esquipulas, en el Municipio de Frontera Hidalgo, por la noche se forman largas filas de migrantes que esperan su turno por una tortilla con huevo, y con suerte, una botella de agua. Foto: Roberto Hernández
Voluntarios preparan varias tinas de café al día. Foto: Roberto Hernández
En el interior del albergue sólo dejan entrar a familias, principalmente con mujeres y niños, la mayoría duerme en la calle. Foto: Roberto Hernández
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En el interior del albergue sólo dejan entrar a familias, principalmente con mujeres y niños, la mayoría duerme en la calle. Foto: Roberto Hernández
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Algunos menores de edad viajan sólos, ni siquiera saben el lugar en el que se encuentran, sólo siguen a la caravana en busca de una mejor vida sin importar el camino que deban cruzar. Foto: Roberto Hernández
A pesar las largas caminatas, las heridas por caídas y enfrentamientos no pueden detenerlos ya que si se quedan atrás es más difícil cruzar debido al acecho de la policía federal y de migración, es por ello que varios siguen el camino sin tener tiempo de buscar atención para las lesiones con riesgo de infección. Foto: Roberto Hernández