DELICIAS.- Los niños y jóvenes que practican el deporte en las canchas del parque Glendale ignoran que hace ochenta años, en este mismo sitio, existió una laguna que formó parte del trazo urbano original de Delicias, la ciudad de los “Vencedores del Desierto” que este jueves 1º de abril celebra el aniversario número 88 de su fundación.
Bajo las planchas de concreto y el terraplén de la unidad deportiva, ubicada en el sector sur- poniente de la ciudad, se encuentra el lecho del cuerpo acuático que aparece con el nombre de “Lago Delicias” en uno de los primeros planos de la población, el cual data del año de 1939.
Ancianos cuya edad rebasa los setenta años evocan nostálgicos cuando, siendo niños, jugaban en la laguna, donde se echaban clavados y nadaban desafiando a las numerosas culebras que poblaban el vaso, agazapadas entre los tules. También se divertían capturando peces de los conocidos como charales, así como ranas, sapo toros y cangrejos.
Don Rosendo Navarro Armendáriz, uno de aquellos chicos y quien ahora tiene 83 años, recordó que la laguna se formó en una hondonada donde se acumulaba el agua, procedente de los desbordamientos de un canal agrícola que corría paralelo.
Aficionado a la investigación y recopilación histórica, don Rosendo afirmó que la Comisión Nacional de Irrigación planeó la creación de un lago, rodeado de una arboleda y una calzada, a imagen y semejanza de los parques recreativos que hay en algunas ciudades de los Estados Unidos.
Pero, lamentó el octogenario, tal proyecto se abandonó y paulatinamente los habitantes de Delicias convirtieron la laguna en un basurero, pues en las orillas arrojaban toda clase de desechos, desde juguetes viejos hasta animales muertos. El cuerpo de agua terminó por secarse entre 1970 y 1980, cuando se construyeron una escuela secundaria y el actual parque Glendale, pues para entonces la mancha urbana se había expandido hacia el sector sur.
Mario Guillén Porras, cronista del municipio, confirmó que el avance de la urbanización fue un factor decisivo en la desaparición del “Lago Delicias”, porque con la construcción de viviendas e infraestructura el agua que corría por el canal dejó de fluir y por lo tanto el cuerpo acuático se secó.
El cronista aclaró que no era un lago como tal que tuviera el tamaño de la presa Francisco I. Madero, pues a lo mucho medía 600 metros de diámetro y su profundidad era de un metro y medio o dos.
Guillén Porras señaló que la laguna se observa en los planos de la ciudad dibujados en 1932 y 1939, pero en el mapa de 1958, elaborado 25 años después de la fundación de Delicias, ya no aparece el cuerpo de agua.
Refirió que otros espacios contemplados en el trazo urbano original se perdieron igualmente, como sucedió con la zona de granjas aledaña al lago y que abastecía de hortalizas a los mercados de la ciudad. Actualmente varias unidades habitacionales ocupan esas tierras que antaño se dedicaban a la agricultura.
Los hijos de las familias que habitan ahora en estos fraccionamientos juegan en el terreno de la vieja laguna convertida en parque deportivo, ya no cazando ranas ni pescando charales, sino con balones de futbol y basquetbol.