CUAUHTÉMOC, Chih.- Aunque hace más de una década que se habla sobre el grave problema de sobreexplotación del acuífero de Cuauhtémoc, poco o casi nada se ha hecho para evitar una debacle ecológica y humana, pues cuando en 2016 se perforaba a no más de 250 metros de profundidad, hoy en día para poder extraer el líquido hay que llegar hasta 400 metros, explicó el presidente de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento, Mario Anchondo Cuilty.
Del 100 por ciento del agua que se extrae del manto subterráneo que se conoce como cuenca cerrada del norte y la de Cuauhtémoc subcuenca Bustillos, sólo un 8% se destina para uso doméstico, el 92% restante es para fines agrícolas.
Aunque se reconoce que no se puede frenar la producción, desde hace años que se ha puesto sobre la mesa la urgente necesidad de tecnificar los riegos o bien hacer una reconversión de cultivos que evite la sobreexplotación del recurso, sin éxito hasta la fecha.
Mario Anchondo recordó que la situación no es algo que pueda controlar la JMAS, pues de ello se entienden los gobiernos estatales, federal y las organizaciones como la Comisión Nacional del Agua, así como la disposición de los particulares que cuentan con permisos expedidos, hace décadas, pero además de la ilegalidad de los pozos, que es otro tema que afecta notablemente.
Para ejemplificar, el funcionario estatal comentó que frente a la planta tratadora de aguas residuales, existen cuando menos 60 pozos extrayendo agua de manera constante, mientras que para abastecer a toda la población de Cuauhtémoc se cuenta con 21 yacimientos en función, una tercera parte.
Se sabe que Cuauhtémoc es el acuífero, a nivel estatal más sobreexplotado de Chihuahua y que la entidad es la más aprovechada a nivel nacional, pero ¿qué se hace al respecto?
La promesa de tecnificar el riego, principalmente en los cultivos de maíz, tan sólo en Cuauhtémoc existen 50 mil hectáreas de este grano básico, el cual se exporta hacia los Estados Unidos de Norteamérica, superficie que en su mayoría se sigue irrigando con sistemas obsoletos o que demandan alto consumo.
Cada kilogramo de maíz requiere de 800 litros de agua por hectárea, se producen hasta 22 (con un promedio regional de 12) toneladas por hectárea, lo que significa una extracción que el depósito natural de Cuauhtémoc ya no puede sostener.
Prueba de ello es la profundidad a la que hoy se perfora, hasta 400 metros, el dato más reciente según explica Anchondo Cuilty. Pese a los datos duros que se presentan, hasta hoy, no existen mecanismos de solución efectivos y en marcha para evitar el derroche.
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