Enfermedad cerebrovascular es la sexta causa de muerte

El doctor Ordóñez Solorio es el primer especialista en esta área radicado en la ciudad en aplicar técnicas de neurointervencionismo, en las que los cateterismos cerebrales reducen el tiempo de recuperación de 24 hasta 4 horas después de una intervención y los resultados son inmediatos en los pacientes.

“Con las estrategias de rescate vascular en agudo se busca una terapia para destapar ese vaso, y eso se puede lograr a través de medicamentos, y también con técnicas de neurointervencionismo, a través de cateterismo se puede mecánicamente destapar en un periodo de ventana de hasta 6 horas, se puede mejorar que el flujo sanguíneo de esa zona del cerebro que estaba sufriendo no produzca un daño permanente, por lo tanto la secuela se puede reducir y posterior a toda la secuela de recuperación se puede rehabilitar, tener menos secuela y reincorporarse a una vida con menos ayuda”, detalló el médico.

Señaló que las principales afecciones de este tipo son los infartos vasculares y las hemorragias intracraneales o ruptura de los vasos sanguíneos intracraneales, que pueden ser aneurismas o malformaciones, siendo éstos dos aspectos que cubren la mayor cantidad de padecimientos.

El doctor Ordóñez Solorio es egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Posteriormente al proceso de selección del examen de residencias médicas fue seleccionado para entrar al Hospital General en la Ciudad de México, donde hizo la carrera de Neurocirugía, con 6 años en total, además de la carrera de médico. Posteriormente, recibió 2 años de entrenamiento en neurointervencionismo.

Sobre los infartos cerebrales, explicó que hay muchas causas que se pueden modificar para prevenirlos, como evitar el tabaquismo, diabetes, presión alta. En el desarrollo de lesiones intracraneales, causado por un accidente de alto impacto, puede lesionar una arteria y producir una comunicación anómala dentro de la circulación cerebral, y otras lesiones que son congénitas como malformaciones arteriovenosas o comunicaciones anómalas.

Muchas de ellas se pueden prevenir con una adecuada comunicación a toda la población, en la medida que la gente esté informada que la dieta, el ejercicio, ausencia de tabaquismo, cuidados de sobrepeso, pacientes ya conocidos como diabéticos, hipertensos con niveles adecuados de sus enfermedades, pueden ayudar mucho a prevenir.

· Terapia endovascular neurológica

Ocluye la circulación cerebral y va a afectar un territorio del cerebro, si progresa, va a dejar de funcionar correctamente por la falta de flujo, nutrientes y oxígeno. Tanto los padecimientos del sistema nervioso en forma general, que se pueden tratar con medicamentos y con cirugía, padecimientos del cerebro y de la columna, y la subespecialidad de la terapia endovascular neurológica, consiste en una especialidad en la cual se puede intervenir el cerebro a través de técnicas de mínima invasión, a través de un cateterismo, ya sea ingresando a través de una arteria, del brazo o la pierna, navega con unos dispositivos que se llaman catéteres, hasta llegar al interior de la arteria que se va a tratar y apoyados con una sala de hemodinamia, los catéteres sirven para inyectar medio de contraste a la arteria, y se pinta toda la circulación cerebral “en vivo”, en ese momento, a través de esos mapas en el abordaje del paciente, se pueden inyectar sustancias para ocluir tumores o malformaciones. A través de este medio se pueden subir dispositivos mallados dentro de las arterias que están medianamente cerradas. Se pueden colocar dispositivos para aspirar coágulos en caso de un infarto cerebral, o en caso de tumores, se pueden rellenar de material especial, para que cuando sean operados haya menos riesgo de sangrado.

“Las técnicas de neurointervencionismo nacen de las técnicas de radiología intervencionista en otros lados, y de los cardiólogos intervencionistas. Se usan dispositivos más flexibles que se han ido desarrollando, más amigables para navegar en vasos más pequeños y porque cada arteria en el cuerpo tiene un tamaño y una resistencia diferente, y las arterias cerebrales son muy delicadas.

Se han ido desarrollando a partir de estas técnicas dispositivos especiales para estas arterias del cuello, como las carótidas y las arterias vertebrales. Siempre ofrecemos un procedimiento que ofrezca mucho mayor beneficio y que el riesgo sea mucho menor”, refirió el especialista.

Aunque señaló que en la ciudad de Chihuahua esta técnica se ha estado haciendo previamente, han venido médicos de la Ciudad de México, algunos son cirujanos endovasculares, neurorradiólogos con especialidad en neurointervencionismo y actualmente es el primer neurocirujano formado como tal que tiene este entrenamiento para poder hacerlo en la ciudad de Chihuahua.

“Toda la formación como neurocirujano nos permite tener una amplia experiencia en cómo poder resolver un problema, tanto por una técnica clásica o abierta, por medio de cirugía, o también la forma de poderlo resolver por la forma de mínima invasión. Y a veces podemos obtener incluso combinando técnicas híbridas con neurointervencionismo, que nos apoya para hacer una cirugía más precisa. La combinación de las dos ramas potencia mucho las opciones de tratamiento de los pacientes”, dijo.

El procedimiento se realiza a través de una punción en la arteria de la ingle o el brazo, el reposo después de un procedimiento abarca entre 4 y 6 horas, y posteriormente se puede empezar a movilizar al paciente. Después de una cirugía craneal, son mínimo 24 horas en reposo, y hay que agregarle los cambios generados por toda la cirugía en sí: entre más grande sea la incisión y más tejidos se manipulen, hay una inflamación dolor a nivel general, mayor dolor, más sangrado, más riesgos que retrasan la evolución del paciente.

“Técnicas como ésta permiten que el paciente se recupere más rápido y hay resultados más rápidos también. En el caso de un infarto cerebral, por ejemplo, si el paciente llega en el periodo de ventana del tratamiento, que es hasta de 6 horas, puede llegar con problemas de habla, de fuerza, incluso paralizado de la mitad del cuerpo, y al destapar la arteria, se puede ver inmediatamente el cambio y ver que esa parte del cerebro vuelve a funcionar e inmediatamente recupera el movimiento”.

· Actuar rápido puede salvar la vida

Luis Ordóñez destacó que es necesario crear conciencia en todos los niveles, con la población, para informar que las enfermedades cerebrovasculares son una causa muy importante de daño, secuelas y muerte.

“Cuando tenemos síntomas como la pérdida de la fuerza súbita de un brazo o una extremidad, pérdida del habla o de sangrados intracraneales, con el dolor más fuerte de cabeza en la vida, hay que buscar ayuda inmediata”.

Además, exhortó a crear la formación de equipos de trabajo en las diferentes instituciones de salud, para que los periodos en los que llegan los pacientes, sean referidos lo más pronto posible y se pueda tratar con todo un equipo de trabajo, en un proceso en el que interviene desde el mismo paciente bien informado, el cuerpo de paramédicos que recoge el paciente, el personal de enfermería, rayos X, laboratorios, urgencias que recibe al paciente y lo valora y definen todo el primer contacto con el paciente y los neurólogos y neurocirujanos.

· Alerta de infarto cerebral

Si encontramos alteraciones como pérdida de fuerza, debilidad, parálisis en cara, brazo, pierna; que se trabe en el lenguaje o que pierda el habla, es tiempo de ir a urgencias. En México se está adoptando la estrategia del “CAMALEÓN”: que es CA, de Cara, se refiere a que el paciente tiene un trastorno en la movilidad de esta zona del cuerpo; MA, de Mano, hace alusión a que la persona puede tener debilidad en la mano, el brazo o la pierna; LE, de Lenguaje, dificultad en la comprensión del habla y ON,de presionar “ON” en su teléfono celular: hace un llamado al 911, tiempo de ir a urgencias.

· Alerta de hemorragias intracraneales

Es cuando se siente el dolor de cabeza más fuerte de toda la vida, de manera súbita, debe ir a una sala de urgencias para ser evaluado por un especialista. El dolor se siente en todo el cráneo, toda la cabeza y es muy intenso. Muy diferente al dolor tensional, crónico de todos los días, o la migraña que se siente en la mitad del cráneo. Además de pérdida del conocimiento, convulsiones, náuseas o vómito, es signo de que algo está pasando y necesita atención médica urgente.