Fallas en los cálculos sobre los volúmenes de agua pluvial y la fuerza de la corriente, o bien la falta de vegetación que retrase el cauce, pudieran ser las causantes de la inundación en zonas habitacionales que dejaron las lluvias de las últimas semanas, según el geólogo Ignacio Reyes.
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El doctor en Geología explicó que la inundación que se presentó en el fraccionamiento Ankara pudo deberse a que durante la planeación de la construcción no se tomaron en cuenta los volúmenes probables de corriente de agua pluvial conforme a las adecuaciones generadas por fraccionamientos que se ubican pendiente arriba, debido a que la fuerza del cauce tiende a aumentar cuando se colocan desviaciones.
“Al desviar el arroyo lo único que se está haciendo es que ese volumen de agua se va a sumar a otro arroyo que no debería llevar ese volumen de agua. Y al aumentar se generan riesgos aguas abajo. Los fraccionamientos que están abajo van a sufrir las consecuencias”, explicó y agregó que ante la disminución de la vegetación en los cerros, el volumen de agua que escurre con las lluvias aumenta.
Agregó que cuando se presentan construcciones arriba de los cerros, las pendientes se vuelven más fuertes y se busca hacer las calles diagonales para hacer una desviación de los arroyos, lo que genera acumulación del agua que busca su cauce. “El problema viene con el siguiente fraccionamiento, porque como el fraccionamiento de arriba ya lo desvió, se va a acumular más”, dijo.
Precisó que el espacio que se debe de dejar para que pase el agua debe ser proporcional al área del terreno en el que el agua pluvial comienza a tomar su cauce. En la mayoría de los casos se deja la calle con una pendiente, para que el flujo corra hacia abajo. En otros casos se pavimenta el arroyo y se utiliza como calle principal.
“Si el área que está aguas arriba es muy grande, se calcula el agua que va a pasar por la calle”, dijo y agregó que debe tomarse en cuenta si previo al área a construir existe una pendiente en el terreno, pues la inclinación aumenta el escurrimiento de agua. De igual manera, si la superficie no tiene vegetación, la corriente será más fuerte debido a que el suelo tendrá menor capacidad de retardar el paso.
Después se establece qué tan ancho y de qué alto sería la corriente que se va a formar, y a partir de ahí las calles se deben de hacer en medidas proporcionales, para que la acumulación de agua no sobrepase los 30 centímetros. Si se hace la calle recta, el agua agarra mayor velocidad y no se necesita tanto ancho.
Sin embargo, precisó que hay muchos factores que se tienen que poner en consideración. En ciudades como Monterrey y Guadalajara se han intentado hacer pozos de absorción, es decir, un hueco profundo que se rellena con grava, en donde se captará la mayor cantidad de agua, provocando que el resto del agua siga el curso de forma más lenta.