La madre y hermanas de Francisco Javier Castro Chávez, de 22 años de edad, lanzaron un grito desesperado debido a que la autoridad poco o nada ha hecho para buscar al joven, quien desapareció en pleno Día de la Madre, del año pasado.

Javier trabajaba al momento de su desaparición en la mina de San Julián, Guadalupe y Calvo, como todo joven con ganas de trabajar para salir adelante Javier ingresó a trabajar en el área de multiservicios, a la orden de geólogos que se encargan de levantar muestras de la tierra en octubre 2016.

“Yo tuve comunicación con mi hijo el día 9 de mayo de 2017, ya que él me habló a mi teléfono celular, la llamada me la hizo a las 13:20 horas y me dijo que estaba bien, que estaba en Parral y que ese mismo día se regresaría a San Julián, Guadalupe y Calvo, que estaba bien, desde ese día ya no volví a hablar con mi hijo”, relató la señora Esperanza.

“Fue hasta el día sábado 13 de mayo, por la noche que me habló una hija, que vive en Piedras Negras y me preguntó que si mi hijo Francisco Javier estaba conmigo, aquí en Chihuahua, porque un tío de mis hijas le había enviado un mensaje para preguntar por Javi, ya que también trabajaban juntos en la mina y se le hacía raro que tenía días sin presentarse a trabajar.

“Me asusté y me comuniqué con Monserrat, el tío, y ya fue cuando me dijo que Javiercillo estaba desaparecido y que tenía 3 días sin ir a la mina y que su patrón lo andaba buscando.

Lo único que supe de mi hijo, horas antes de que desapareciera es que lo vieron en un expendio y que estaba en compañía de un joven de nombre Cristian Rivera, quien también se encuentra desaparecido.

“Mi hijo es buen muchacho, trabajador, nunca ha estado en la cárcel y no tengo conocimiento de que tenga problemas ni enemigos”.

“Solicito que hagan las acciones pendientes a su búsqueda y la localización de mi hijo”, pidió la madre al asentar la denuncia de desaparición con fecha del 15 de mayo de 2017.