Ante la falta de lluvias y la escasez de pastizales, debido a la presencia de una sequía severa en gran parte de la entidad, Gobierno del Estado apoya a las y los ganaderos, con la entrega de maíz molido para que puedan alimentar a sus reses.
Lo anterior, en tanto que se gestiona la ayuda de recursos por parte del Gobierno Federal, para auxiliar a productores temporaleros y habitantes de la Sierra Tarahumara, ya que estas condiciones han siniestrado los cultivos de temporal, además de que se deja en riesgo la zona de riesgo en la zona centro.
Por ello, este fin de semana se entregaron 121 toneladas de maíz molido a 250 ganaderos del municipio de Cusihuiriachi, con subsidio de poco más del 50% por parte de Gobierno del Estado, para adquirir estos complementos alimenticios.
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El gobernador Javier Corral Jurado, consciente de la prolongada sequía, se solidariza con el sector ganadero de los 52 municipios que se han visto más afectados por la falta de lluvia, a los cuales se está atendiendo gradualmente, con la entrega de maíz molido en sacos de 40 kilogramos, con aportación de 104 pesos por costal a cargo de los beneficiarios y otros 100 pesos por parte de Gobierno del Estado, como es el caso de San Francisco de Conchos.
De acuerdo con el reporte del Sistema Meteorológico Nacional, en el mes de agosto se registró una precipitación pluvial de 34 milímetros y el promedio es de 85 milímetros; asimismo, de enero a la fecha hay 195 milímetros, por lo que se estima que aun cuando lloviera durante todo el resto del año, no se alcanzaría el promedio anual, que es de 470 mm cúbicos de lluvia.
Esta sequía ha siniestrado la producción agropecuaria de la entidad, la ausencia de lluvias se está manifestando en una tragedia para las tierras de temporal del campo chihuahuense, en donde se está perdiendo el 80 por ciento de la cosecha de frijol sembrado en 80 mil hectáreas.
Lo mismo sucede con la cosecha de maíz criollo para autoconsumo, que registra ya grandes afectaciones por la falta de agua en 50 mil hectáreas sembradas, e igual en el caso de 35 mil hectáreas de sorgo para forraje, que tiene un alto grado de siniestralidad.
Los daños ocasionados a todos estos cultivos, incluida la avena con 300 mil hectáreas sembradas para este ciclo agrícola, en primer lugar se deben al estrés hídrico, luego a la onda cálida generada por las altas temperaturas que se presentaron en la canícula, agravadas por la ausencia de humedad.
Todo ello contribuye a un panorama desalentador que se presenta en el campo chihuahuense, motivo por el cual en estos momentos se llevan a cabo los trámites necesarios ante el Gobierno de la República, para que se apoye a las y los productores ganaderos y agrícolas de Chihuahua.
El requerimiento, se basa en que de no cambiar las condiciones de sequía, enfrentarán un fin de año 2020 muy difícil y un inicio de 2021 incierto, aunado a que la producción ganadera lleva una tendencia a la baja, aún incalculable, misma que se reflejará mayormente el próximo año.
Se estima que en los cultivos de riego, habrá de igual forma una reducción sin precedente en su producción, lo que para la región afectada por la extracción de agua de las presas, se traduce en un 80% de daños para afectará la producción de chile, cebolla, cacahuate, algodón, maíz forrajero, nuez, alfalfa, leche y huevo.
Por estas condiciones atípicas, se prevén para el ciclo 2021 más de 20 mil millones de pesos en pérdidas, y en consecuencia, la falta de empleos e ingresos para miles de familias, ocasionarán daños irreversibles para la región.
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