A cuatro horas con treinta minutos de Hidalgo del Parral, se encuentra la comunidad de Las Garzas, Guachochi, ícono a nivel nacional por ser exportadores de la trucha arcoíris, además de albergar en sus más recónditos espacios la barranca más impactante del estado grande, La Sinforosa misma que se sitúa a más de mil 800 metros sobre el nivel del mal. En una gira turística emprendida por el fideicomiso "¡Ah Chihuahua!" en conjunto con la Secretaría de Turismo de Gobierno del Estado, una decena de periodistas de índole local, estatal y nacional, recorren los municipios apremiados como Pueblos Mágicos, tocándole este martes y miércoles a Guachochi.
La travesía dio inicio en el lugar comúnmente conocido como “La Casa del Lago”, en donde la calidez del hogar, la frescura que brindan los árboles de alrededor y la brisa que recorre todo el entorno del lago de las garzas, los periodistas de los diferentes medios de comunicación ingresaron a la vivienda de Elisa Solís Reyes, quien es artista y muralista oriunda de esta región serrana, y que, además, prepara el típico tesgüino, la bebida tradicional y cultural de los rarámuri para refrescarse.
Sentados alrededor de la olla “borrachita”, Elisa explicó a los informadores sobre el proceso de este producto típico, destacando que se realiza gracias a los procesos establecidos para que el maíz pueda convertirse en una bebida totalmente refrescante y que, a su vez, tenga cierto grado de alcohol para complacer todos los gustos.
Según refiere, el tesgüino se utiliza en fiestas, reuniones y eventos de la comunidad rarámuri de esta región y que, además, es muy común que las personas que consumen este producto dejen fermentándolo más para que así, obtenga mayor nivel de alcohol y esté “más fuerte”.
En este sentido, los viajeros tomaron una degustación de la bebida, para algunos el tesgüino tuvo sabor fuerte con esencia a maíz, para otros un simple vaso de agua, sin embargo, lo llamativo de la bebida es que todos la consumieron y conocieron la cultura rarámuri de la zona serrana del estado grande.
De este modo, los participantes continuaron con la travesía con “la combi” que los ha trasladado desde la fronteriza Ciudad Juárez hasta Paquimé, Nuevo Casas Grandes, Creel, Batopilas y este destino, Guachochi, todos Pueblos Mágicos de Chihuahua.
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Una hora más tarde, el vehículo tomó rumbo al sureste de la ciudad, adentrándose cada vez en el mero corazón de la Sierra Tarahumara, por los vidrios de la ventana las diferentes especies de flora llamativa en la serranía, destacándose que se trata de más de 6 especies de árboles y que por mencionar un ejemplo, está el táscate, pino triste y encino.
La vista hacia cualquier lado del vehículo es inigualable: pinos de todos los tamaños, hiervas bajas y pastizales, todos con la tonalidad verde que siempre ha representado a la región.
Veinte minutos de estar sobre la terracería y divisar la flora de este lugar, se aprecia hacia el fondo, una barranca con espectacular vista, al acercarse dos cientos metros más del estacionamiento se encuentra el imperdible Cañón del Jaguar, que ofrece vistas panorámicas hacia el horizonte, es aquí donde el color del cielo puede divisarse con claridad fuera de la mancha urbana y observar el azul claro, acompañado de nubles que interfieren entre sus llamativos colores.
El guía de la incursión explicó que este espacio turístico es denominado “Del Jaguar” dado que, en los años últimos del siglo XX los pobladores localizaron cavernas en la parte inferior de las barrancas y que es ahí justamente donde una familia de jaguares fue sorprendida, y desde entonces esto caracterizó a la peculiar zona.
Es un mirador que se sitúa a 830 metros de altura sobre el nivel del río Guachochi y que, desde su altura, se puede apreciar la grandeza de la Sierra Tarahumara y lo pequeño que es el ser humano en comparación con las obras de la naturaleza.
La travesía de este mirador duró menos de 20 minutos, pues la iluminación de la estrella más grande del sistema solar tenía que funcionar para fotografiar a la Reina de las Barrancas: La Sinforosa.
Nuevamente sobre “La Combi”, los periodistas que integran el contingente salieron rumbo a un lugar más recóndito y alto todavía, el camino de terracería continuaba mostrando los innumerables pinos y árboles que adornan la vereda vehicular.
Otros 20 minutos más tarde, la grandiosa Sinforosa conquistó a los trabajadores de la información, pues desde el divisadero situado a mil 830 metros de altura, se pueden apreciar todas las barrancas, montañas, flora y fauna de la grandiosa sierra.
Asimismo, el mirador permite tener un espacio para análisis personal desde lo espiritual para conectar con la naturaleza y generar así, una forma de rellenar energía interna y continuar con el recorrido y la vida en general.
El propietario del centro turístico manifiesta que este espacio ha servido para reflexiones espirituales y personales, ya que el único ruido que se percibe es el cantar de algunas aves y los fuertes vientos que golpean los árboles de todas las barrancas.
La Sinforosa permite así, observar lo nítido de los colores vibrantes de cada cerro montañoso lleno de verdes árboles, como los pinos, que se elevan en longitud con una altura impresionante, y que el vértigo causó temor entre algunos asistentes.
Nota original de El Sol de Parral
