El párroco de catedral en Guachochi, Enrique Urzúa dio a conocer que tras los prolongados disparos de arma de fuego registrados en la población que dejaron como saldo dos hombres sin vida, señaló que los hechos no son aislados y es una constante, pidió a las autoridades de los diferentes niveles de gobierno que se ponga atención ya que las instituciones educativas y la comunidad no pueden estar a expensas del crimen organizado. “La esperanza es que Dios mueva los corazones de quienes tienen las armas en sus manos y quienes de fondo provocan la violencia”.
El sacerdote en Guachochi, dijo que estos hechos que se suscitan en este momento no son aislados, es algo que ha estado permanentemente, sin embargo, hay momentos en que se prologan más como en la ocasión de este jueves.
“La comunidad espantada, con miedo, nosotros mismos también, la semana pasada una de las balaceras fue muy cercana a una de las casas de las religiosas, entonces ha sido complicado pero junto con la gente la vivimos”, indicó Urzúa.
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Señaló que la postura sería únicamente solicitar dos cosas, la primera de ellas pedirle a Dios que conceda la paz que tanto anhelan y que tanto necesitan, pero también pedirle a los tres niveles de gobierno aunque para el municipal resulte más difícil por infraestructura la atención de manera pronta.
“Es increíble que en Guachochi se tenga el regimiento militar pero las cosas siguen pasando, existe mucha presencia militar y de Guardia Nacional pero tal parece que llega la noche y la delincuencia organizada puede hacer lo que quiera”, manifestó el pastor de la Iglesia Católica.
Pidió a las autoridades de los diferentes niveles de gobierno que se ponga atención, ya que es algo que se le ha externado a la gobernadora Maru Campos después de la muerte de los sacerdotes en Cerocahui, así como en las mesas de diálogo ellos ofrecieron seguridad y que las cosas cambiarían, pero personalmente las cosas siguen igual, aseguró.
“Desde los niveles internacionales se le ha pedido al gobierno que cierto número de sacerdotes o que ciertos sacerdotes tengan mayor protección, sin embargo, decimos que la protección no solo debe ser para nosotros sino para la comunidad en general, tiene que ser para todos, no podemos seguir viviendo así”.
Dijo que las instituciones educativas y la comunidad no deben estar a expensas del crimen organizado. “Ustedes vieron un comunicado que emitió el Gobierno Municipal poniendo prácticamente la seguridad en manos de las comunidades educativas, lo que mejor considere, pero no se puede estar expensas de la delincuencia organizada, aunque parece que así lo estamos pero bueno, no podemos hacer gran cosa como en la gran parte de nuestra patria porque no sólo es Guachochi”.
Enfatizó que la feligresía aún con el temor, siente tristeza, miedo pero también esperanza de que Dios los puede ayudar y él siempre apeló a que en muchas ocasiones a través de los medios con declaraciones se predica la palabra para apelar al corazón de los mismos delincuentes y sicarios, de la misma gente que trae las armas en sus manos, la vida. “Dios nos ofrece una cosa, a ellos mismos Dios les ofrece una cosa”.
Para finalizar dijo que como pastor en medio de esta comunidad siempre llama a la esperanza tanto a la comunidad cristiana como a quienes traen las armas en sus manos, abrir el corazón y darse cuenta que hay esperanza, y otra posibilidad de vida.
Nota publicada en: El Sol de Parral