En los remotos paisajes serranos de Guadalupe y Calvo, en el estado de Chihuahua, la tranquila comunidad de Santa Tulita se ha convertido en el escenario de una cruenta disputa que ha obligado a más de 80 familias a abandonar sus hogares en busca de seguridad y paz. Los enfrentamientos, que han persistido por más de un año, son resultado de la lucha territorial entre dos grupos antagónicos del crimen organizado, sumiendo a la región en un ciclo constante de violencia e inestabilidad.
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¿Dónde se ubica Santa Tulita?
Santa Tulita, situada a 2,238 metros de altitud en el municipio de Guadalupe y Calvo, se encuentra a 40 kilómetros al suroeste de la cabecera municipal. Esta pequeña comunidad, que en 2020 contaba con 119 habitantes (54 mujeres y 65 hombres), ha experimentado una disminución demográfica desde el censo de 2010, cuando tenían 125 habitantes, reflejando el impacto directo de la violencia en la vida cotidiana de sus residentes.
Según informes de las autoridades locales, los enfrentamientos son impredecibles, marcados por momentos de aparente calma seguidos abruptamente por nuevos episodios de violencia. Los residentes, que intentan regresar a sus hogares cuando perciben un ambiente más seguro, se ven obligados a abandonar nuevamente la zona cuando la paz ilusoria se quiebra.
La disputa por el control de la zona serrana de Guadalupe y Calvo ha sembrado el temor en diversas comunidades del municipio. Santa Tulita, en particular, se encuentra en el epicentro de la violencia, con más de 80 familias forzadas a dejar sus hogares debido a los constantes enfrentamientos.
Las personas desplazadas, ahora viviendo en condiciones precarias y sin seguridad, enfrentan dificultades para mantener su integridad cultural en su nuevo entorno.
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Habitantes describieron el conflicto como una serie de enfrentamientos entre dos grupos delincuenciales que también disputan el control de otras áreas del municipio de Guadalupe y Calvo. La respuesta a la crisis se ve complicada por la resistencia de las personas a abandonar sus hogares, lo que añade un nivel adicional de complejidad a la situación.
Aunque las autoridades, junto con la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del Estado (Ceave), intervienen para brindar auxilio, el retorno de los habitantes a sus hogares se vuelve un riesgo constante.
El ciclo de desplazamiento, retorno y nuevos enfrentamientos crea un ambiente de inseguridad persistente en Santa Tulita y sus alrededores.
Nota original de El Sol de Parral