“Veo una comunidad con esperanzas, intentando reparar su templo, todavía hay tristeza e incertidumbre, la gente tiene algo de temor, pero que la comunidad esté reparando su templo o iglesia es signo de la fuerza de ellos mismos”, fueron las palabras del sacerdote Enrique Urzúa luego de visitar la comunidad de Santa Anita, poblado que se “estremeció” en junio del presente año luego de un enfrentamiento armado que dejó como saldo un hombre decapitado, un vehículo calcinado y la iglesia de la localidad con más de 700 impactos de bala de diferentes calibres en la fachada. Además, buscan construir un memorial al exterior del templo con la exposición de las imágenes baleadas.
El párroco de la Catedral de Guachochi, Enrique Urzúa, quien tiene a su cargo la iglesia donde se presentaron los hechos el 05 de junio, visitó el pasado miércoles la comunidad ante la reparación de la iglesia que se está dando por los propios habitantes de la comunidad, en su mayoría personas de origen rarámuri.
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“Todavía hay un poco de tristeza y de incertidumbre, la gente tiene algo de temor, pero también vi una comunidad con esperanzas intentando arreglar su templo, intentando darle una manita a su templo en lo que la gente ha podido”, refirió el sacerdote, quien también en su visita llevó a cabo una celebración para la comunidad al exterior del recinto religioso.
Dijo ser evidente que se necesita de un poquito más, porque realmente todo está destruido y se le intentaron poner unos tapones en las láminas que también fueron perforadas por las balas, pero detectó que hay necesidad de quitarlas todas (laminas) en la capilla.
“La situación de que la comunidad esté reparando su templo o iglesia es signo de la fuerza y de la esperanza de la comunidad, eso a mí me causa esperanza, mirar que la gente por si sola intentó iniciar la restauración de su templo, sin embargo, no es suficiente”, expresó el sacerdote.
Expresó que comenzará a realizar las gestiones necesarias para mirar por donde pudieran encontrar algunas ayudas para reparar el templo y de manera necesaria al requerir las láminas que es una buena cantidad, además de ocupar la reparación el cuarto de los misioneros, vidrios y puertas ya que las principales se retiraron.
“La puerta que conduce del templo a la sacristía pues también hay necesidad de cambiarla, una que da hacia fuera también fue dañada, necesitamos acondicionar el cuarto, volver a reparar madera, son bastantes cosas las que se necesitan y ahorita comenzaremos a tocar puertas para pedir auxilio y reparar lo más pronto posible el templo”, enfatizó Urzúa.
Dijo que no había querido iniciar la reparación del templo porque se esperó a que fuera hasta que la comunidad lo dijera. “Hasta que ellos sintieran que era el momento de repararlo porque ha sido difícil lo que han vivido, es parte de su proceso anímico, hasta que ellos dijeran en qué momento, buscaríamos las formas de reparar el templo, entonces ahora que ya la gente está buscando, entonces ahora sí”.
Expresó que, también se ocupan las imágenes que fueron baleadas, la imagen de Cristo, la imagen de la Virgen de Guadalupe, de la patrona Santa Ana, las cuales fueron baleadas y que es la propia comunidad quienes quieren que se pongan imágenes nuevas.
Señaló que las imágenes que fueron dañadas por los cientos de disparos de arma de fuego van a quedar en un lugar especial ya que se pretende la construcción de un memorial, el cual sería ubicado en un cuarto de la parte trasera de la iglesia con las imágenes puestas tal cual como quedaron.
Fue el 05 de junio del presente año cuando un enfrentamiento armado en la comunidad de Santa Anita, en Guachochi, dejó como saldo un hombre decapitado, un vehículo calcinado y la iglesia de la localidad con cientos de impactos de bala de diferentes calibres en la fachada, además al interior del recinto religioso fue localizada una granada y un cargador para fusil AR-15; autoridades embalaron 741 casquillos en la escena. Frente al recinto religioso también fue localizada una camioneta Silverado, pick up, totalmente calcinada.
En la escena los elementos policiacos aseguraron la camioneta, además 422 casquillos calibre. 7.62x39, 19 cartuchos calibre 7.62x39., 295 casquillos calibre .223. También se localizaron tres casquillos calibre. 40 mm, dos casquillos calibre. 9 mm y una granada de fragmentación.
Nota publicada originalmente en El Sol de Parral