El alcalde de Bocoyna, Héctor Rochín, informó que alrededor de 2 mil habitantes están severamente afectados por la crisis de agua potable, principalmente de las comunidades de Creel, San Ignacio, Pitorreal, Guajurana, San Elías y Los Ojitos.
Para abastecerse la gente coopera para comprar pipas de agua, mientras que la Junta Central de Agua y Saneamiento y el Municipio envían ocasionalmente pipas.
Mencionó que en este momento por ser época de lluvias cuentan con el vital líquido, pero terminándose regresará “la bronca”, la cual se agudiza más los meses de abril, mayo y junio.
Héctor Rochín reprochó el abandono de un acueducto que va de San Juanito a San Rafael, en Urique, el cual fue terminado por la Junta Central de Agua, pero no está en funcionamiento a pesar de que está bien hecho.
Agregó que el diálogo tanto con la Junta Central como con la Comisión Nacional del Agua ha sido prácticamente imposible: “No le echan ganas”.
Comentó que la misma problemática alcanza a San Rafael en Urique y otros poblados de ese municipio.
Expuso que desde hace muchos años se realizó la construcción de dicho acueducto denominado Situriachi-San Rafael, donde hay buena tubería y pilas para retener el agua, pero está en el completo abandono, lo que impide aprovechar el agua de la presa Situriachi.
“Es un proyecto que lo hicieron bien, no sé por qué no funciona. Sin decir mentiras, nosotros a veces participamos únicamente con diésel para mandar una pipa que hay en Creel”, dijo.
El presidente municipal informó que Bocoyna cuenta con alrededor de 35 mil habitantes y quizá un 10% está afectado por la escasez de agua, no obstante calcula que 2 mil personas son las que padecen esta crisis.