Hay mil motivos para estar feliz en un salón de clases

Karen Estrada, profesora de Educación Especial compartió su experiencia en la docencia

Paloma Sánchez

  · martes 15 de mayo de 2018

El Heraldo de Chihuahua

“Admiro mucho cómo los niños detectan cuando vengo o algo así, porque desde que llego me dicen, ‘maestra ¿qué tienes?’, y cuando veo que se dan cuenta, cambió totalmente mi perspectiva del día. O por ejemplo, de situaciones de la vida, cuando a veces hay problemas y los veo trabajar, lograr nuevos triunfos, o cómo me reciben con una sonrisa, es cuando digo no vale la pena estar triste, cuando tengo mil motivos para estar feliz dentro de un salón de clases”, destacó Karen Estrada Saucedo, profesora de Educación Especial, para quien cada jornada de trabajo con sus alumnos es un feliz Día del Maestro.

Karen, de 27 años de edad, egresó hace 5 años de la Escuela Normal del Estado de la Licenciatura de Educación Especial, labora en el Centro de Atención Múltiple Juan Jacobo Rousseau, donde atiende el grupo de Formación para el Trabajo, con jóvenes de los 15 a los 33 años de edad, donde imparte Productividad, cosas de la vida diaria, bajo la conducta socio adaptativa, que son habilidades que le van a enseñar a desempeñarse dentro de la sociedad, con el objetivo de que algún día puedan adquirir un trabajo.

Entre las condiciones que presentan sus alumnos está el síndrome de Prader Willi, autismo, síndrome Down, parálisis cerebral, discapacidad intelectual, entre otras. Siendo el autismo el que tiene mayor incidencia.

La docente señaló que desde muy tierna edad había soñado con ser maestra de primaria, sin embargo, al hacer su elección vocacional, conoció la licenciatura en Educación Especial, y después de las horas de observación y práctica se enamoró de su profesión, al encontrar a niños llenos de amor y que la realizan profesionalmente al descubrir que puede impactar positivamente en sus vidas, lo que según, dijo, la llena de amor y energía para continuar enseñando.

“Es la sonrisa de todos los días, como a pesar de las dificultades del día a día, los niños no dejan de sonreír ningún día. Para ellos venir a la escuela es algo que les encanta, y yo me siento muy bien como maestra el verlos que son muy felices al asistir aquí, y poderles brindar un poquito o mucho de lo que sé, para mí es algo muy gratificante. Quiero que aprendan a seguir adelante, que a pesar de las circunstancias y las dificultades que podamos tener en la vida debemos siempre luchar y que no nos conformemos con lo que sabemos, siempre podemos aprender más. Estos chicos pueden llegar a ser grandes personas y pueden ser tratados en nuestra sociedad como se merecen”, instó.

En la parte complicada, dijo que es necesario realizar adecuaciones para cada niño, porque cada uno es diferente y darle lo que realmente necesita, por lo que de hacer una actividad grupal, la modifica para cada caso y a cada uno de los niños le otorga un propósito diferente.

Para finalizar, exhortó a los padres de familia con niños con discapacidad, síndromes o trastornos a no tener expectativas bajas de sus hijos quienes pueden lograr culminar su educación y mucho más.

“En ocasiones nos ha tocado ver padres de familia que no pueden creer las habilidades y logros que llegan a desarrollar sus hijos. No pierdan la fe, ni la esperanza y sobre todo no limiten a sus hijos. No limiten a las personas con discapacidad, son personas con muchas habilidades que pueden adquirir un trabajo digno que con el paso del tiempo si les brindamos la oportunidad para que ellos practiquen y aprendan, pueden ser grandes empleados y muy productivos”, concluyó.

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