Romeyno Gutiérrez, el pianista rarámuri, sufrió un accidente carretero cuando regresaba de Batopilas donde ofreció un concierto, pero su estado de salud es estable, así lo dio a conocer él mismo a través de las redes sociales.
El pasado viernes 4 de mayo hizo saber a través de su cuenta de Facebook que ya se encontraba en ese municipio, acompañando la publicación con algunas fotografías del trayecto.
Al día siguiente, el 5 de mayo, anunció que todo estaba listo para su presentación a un costado de la Presidencia Municipal. De hecho bromeó diciendo que ya estaba todo listo, pero sólo faltaba su piano que llegó pasadas las 14:00 horas, según corroboró por medio de imágenes.
Casi para las 15:00 horas de ese sábado, arrancó el concierto que ofreció como siempre ataviado con su indumentaria rarámuri que porta con orgullo a donde quiera que vaya.
No obstante, este miércoles posteó: “Lamento darle esta noticia tuve un accidente y estoy hospitalizado”, donde no se hicieron esperar comentarios deseándole una pronta recuperación y sólo cosas buenas.
Uno de los mensajes que resaltaron fue el de su padrino Romayne Wheeler, quien evidenció que se enteró que se accidentó en “La Casita” cuando circulaba en compañía del chofer de la Presidencia Municipal de Batopilas; además precisó que hasta donde estaba enterado, Romeyno sufrió un golpe en el pecho por lo que tuvo que ser hospitalizado y sería dado de alta en tres días, pero a través de la misma publicación le pide a Romeyno que le dé más detalles.
“Lástima que sucedió después de un concierto tan feliz y exitoso allá en Batopilas acompañado por nuestra familia. Recupérate pronto y mantenme informado. Tu Romayne de siempre”, agregó.
Cabe recordar que Romeyno nació en Retosachi, en el municipio de Batopilas, Chihuahua y su vida cambió luego de que su padre conociera a Romayne Wheeler, un pianista estadounidense que viajó a la Sierra Tarahumara donde ahora es su hogar.
Wheeler conoció a Juan Gutiérrez, el violinista más destacado de Retosachi. Conectaron de inmediato y fue el comienzo de una estrecha amistad. Era tal el cariño, que el rarámuri le prometió al norteamericano que algún día nombraría a su primer hijo en honor suyo y así fue. Cuando llegó el momento de bautizar al pequeño Romeyno, Wheeler se convirtió en su padrino.
El estadounidense se dio cuenta de que Romeyno poseía un talento natural para tocar el piano y le enseñó durante años; le transmitió todo lo que sabía y el joven aprendiz podía tocar el piano mucho antes de que aprendiera a hablar en español y actualmente es considerado el primer pianista indígena de América Latina.