El principal impedimento para que las iglesias y centros de culto permanezcan cerrados en el semáforo naranja es que la aglomeración es un riesgo alto de transmisión del virus SARS-CoV-2.
La doctora Irma Leticia Ruiz, subdirectora de Medicina Preventiva y Promoción de la Salud, reconoció que para muchas personas la fe, el bien emocional y espiritual es esencial en su vida, sin embargo por cuestiones de salud no pueden acudir a las iglesias y centros de culto.
En el Acuerdo 102/2020, que forma parte del “Decreto Unidad, Solidaridad y Disciplina: la Nueva Realidad”, se establece que las asambleas y celebraciones están suspendidas. Sin embargo, se permiten las citas personales, realizadas con anticipación y sin tener gente en espera. Cumpliendo los protocolos de higiene y sana distancia.
La médica mencionó que han encontrado una excelente apertura en la iglesia católica, donde el arzobispo Constancio Miranda Weckmann y el vocero el presbítero Gustavo Sánchez Prieto han estado en permanente comunicación y enviando mensajes a sus fieles para continuar con las medidas preventivas.
Además han sostenido reuniones con los miembros de la iglesia evangélica, mormona y cristiana para que puedan conocer las características y magnitud de la pandemia.
Señaló que uno de los grandes motivos para que no haya asambleas y celebraciones es porque Chihuahua atraviesa por un momento crítico y es un gran riesgo para la salud al aumentar la velocidad del contagio.
“Estamos pasando por un momento crítico y en cualquier momento puede desbordarse”, dijo.
Ante ello pidió la colaboración de quienes profesan una fe, sobre todo porque a estas asambleas o celebraciones asisten personas mayores de 40 años y 60 años, quienes son los más susceptibles a fallecer a consecuencia de Covid-19.
“Consideramos que es esencial la fe y la gran labor que realizan, pero esperemos, pedimos que nos ayuden a llevar esta situación a un momento más estable”.
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