El Frente de Productores y Consumidores de Leche denunció la exagerada presencia en el mercado local de fórmulas lácteas que venden como leche de vaca, pero en realidad son desperdicios o desechos de procesos que se envían a México, principalmente de Estados Unidos.
La leche en polvo o el suero de leche que una vez en nuestro país es adquirido por empresas tanto multinacionales como regionales, que generan miles de millones de pesos en ganancias, dio paso a la creación de nuevas marcas, es reservada para consumo y engorda de ganado porcino, sin embargo, para la población en general pasa desapercibido por los aditivos colocados para darle una apariencia y sabor a leche.
Álvaro González Muñoz, dirigente de la agrupación, dijo que se ha documentado que diversas marcas ponen en venta estas fórmulas líquidas que contienen fosfato disódico y hexametafosfato de sodio, componentes que llegan a ser “veneno” para los consumidores.
“Hemos padecido desde hace cerca de 18 años el abandono de una política lechera, causando un crecimiento dramático en la presencia de leche que no es leche, se trata de productos de importación que ha dejado como consecuencia que a la fecha seamos poco más de 100 mil productores de leche de los 780 mil que existieron en el censo, antes de entablarse los acuerdos comerciales internacionales”.
González es enfático al declarar que durante una larga lucha se ha logrado que se cambiara el nombre de estos productos a “fórmulas lácteas” o “producto lácteo”, sin embargo, es una medida que tuvo poco eco debido al poder de las grandes empresas.
“Vamos a insistir a nivel nacional porque estos productos son unos artículos de fantasía, para que tengan inscrito en sus etiquetas que no son leche, porque la gente no sabe si es o no, y esto es un engaño”.
Reconoció que este tipo de productos es comprado por el 60 y 70 de la población, gracias a la publicidad tramposa ya que incluso anteriormente los envases contenían una imagen alusiva a una vaca, lo que se ha logrado se retire paulatinamente.
“Nos están dando gato por liebre, con una intención clara de engañarnos; en Chihuahua como en cualquier parte de México es una exageración la presencia de estos productos y es muy importante el llamado a la Profeco de Chihuahua y de todo el país que haga una revisión profunda de estos productos”, mencionó González.
Expuso que el frente ha detectado 20 o 30 marcas sin contar las regionales, o en ayuntamientos que comercializan esta leche de fantasía.
Añadió que las autoridades de las secretarías de Salud y Economía, por conducto de sus órganos filiales (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, Cofepris, y la Procuraduría Federal de Protección al Consumidor, Profeco), han omitido qué fabricantes y distribuidores de alimentos procesados cumplan con las respectivas leyes sobre etiquetado, comercio y vigilancia sanitaria.
A los fabricantes de toda clase de chucherías, entre alimentos y bebidas, “lo único que les interesa es ganar dinero, aunque sea a costa del deterioro físico y mental de la niñez y juventud mexicanas; les interesa llenarles el estómago, sin importar qué les nutran”, señaló el dirigente de los pequeños y medianos ganaderos lecheros.
Por lo anterior, los productores y consumidores de leche “solicitamos al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, su apoyo para que el Congreso de la Unión legisle o reforme las leyes relacionadas sobre la elaboración y etiquetado de alimentos, o que se haga cumplir con la legislación vigente. Pedimos que no se deje a la deriva la prioridad de la salud pública en el desarrollo de las familias mexicanas”.
De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana (NOM) 155, las fórmulas lácteas son alimentos ‘fabricados’ a partir de componentes de la leche, pero que contienen menos proteínas propias de la leche, y por lo tanto son menos nutritivos y suelen ser más baratos para el fabricante.
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