Como todo comienzo en la vida, el Rio Florido, nace en el Municipio de Ocampo, Durango, en el pueblo de la Estancia, continuando con su trayecto, por lo poblados Rosario, Villa Ocampo, Las Nieves y Canutillo, todos del Estado de Durango; para así ingresar al Estado de Chihuahua, por el Municipio de Villa Coronado, dirigiéndose el cauce del río a los municipios de la zona sur del Estado de Chihuahua, Villa López, Jiménez y hasta conectarse con Camargo, donde desemboca en el gran río llamado Conchos.
Hasta antes de la construcción de la presa Pico de Águila, en el año de 1990 a 1992, el Río Florido, era la fuente promotora de vida de un importante ecosistema que nacía en la región desértica de la zona sur del Estado de Chihuahua, concretamente, en el Municipio de Coronado, y beneficiaba a los municipios contiguos de López y Jiménez; regiones en donde se tiene registro gráfico, de los grandes bosques de tipo templado, conformados por centenarios álamos, derivado de la presencia constante del agua que fluía por el Río Florido, y que creaba charcas a los costados del cauce natural, la cuales propiciaban el crecimiento de los grandes bosques, que parecían sacados de cuentos de hadas.
La presencia de una gran diversidad de fauna como peces, ardillas, coyotes, tejones, marmotas, aves locales y migratorias, camarones de río, cangrejos de río, tortugas; así como de flora conformada por grandes, centenarios y frondosos álamos, jarillas, alga, pasto y especies de plantas de flores, principalmente, era lo que conformaba el ecosistema del Florido. Que a su vez proveía de agua para el uso público urbano, al alimentar los mantos freáticos con la corriente del río; agua para la agricultura y alimento para la ganadería, así como para consumo humano por ser aguas ricas para la pesca.
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Lo florido del río se fue desertificando, cuando la presa Pico de Águila inició operaciones en el año de 1992, la cual, según testimonios de habitantes de las comunidades de San Luis, Zaragoza y San Felipe, del Municipio de Jiménez, traería consigo el progreso y la captación de más agua.
Aún con la presa Pico de Águila, de 1992 al 2000, los escurrimientos llegaban esporádicamente, río abajo, transitando por los municipios de López y Coronado; hasta el año del 2005, cuando el Río Florido, se convirtió en un desastre ecológico derivado de la retención de los escurrimientos río arriba y la construcción de la presa, la cual denunciaron múltiples veces diversos ambientalistas y líderes sociales, que, sería la debacle de la vida de la región sur del estado.
Para el año de 1990, derivado de la sobreexplotación del agua y la construcción de la presa Pico de Águila, se habían extinguido ya 22 especies de pez: Etheostoma Pottsi; Catostomus Bernardini; Carpiodes Carpio; Elongatus; Notropis Braytoni; Ictalurus Punctatus; Scartomyzon Austrinus; Etheostoma Australe; Cyprinella Panarcys; Codoma Ornata; Gila Pulcra; Pylodictis Olivaris; Lepomis Megalotis; Campostoma Ornatum; Dionda Episcop; Cyprinella lutrensis; Cyprinodon Eximius; Gambusia Senilis; Notropis Chihuahua; Pimephales Promelas; Astyanax Mexicanus.
Así mismo, según el estudio de “Los peces del Río Conchos, se extinguieron 3 especies de pez consideradas como exóticas: Gambusia Hurtadoi; Lepomis Marginatus y Lepomis Macrochirus.
Además, a raíz de la extinción del Río Florido, se extinguieron los cangrejos de río y los camarones de río, especímenes que la gente solía cazar para comer.
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Los grandes bosques de álamos comenzaron a ser talados, para sustituirlos en tierra de cultivo, y otros tantos espacios boscosos, comenzaron a secarse, como el de Villa López, conocido como las “Sabanetas” a raíz de que por el Río Florido, ya no circulaba agua.
La crisis hídrica en la región sur del Estado de Chihuahua, comenzó a agudizarse del 2005 en adelante, derivado de que la principal fuente de alimentación de los mantos acuíferos, como el de Jiménez-Camargo, el agua del Florido, dejó de circular por la construcción de la presa Pico de Águila; aunado a la extracción desmedida del agua y acaparamiento del vital recurso, provocaron la extinción de todo un ecosistema que daba vida el Florido; un déficit de agua en el acuífero Jiménez-Camargo de 142 millones 135 mil 710 millones de metros cúbicos; la extinción del Ojo de Atotonilco en el Municipio de López y una crisis hídrica que en la región sur del Estado, pero especialmente en Jiménez, que según expertos hídricos, expresan que, para que los mantos acuíferos se recuperen y fluya el agua de manera cotidiana por el río, tiene que llover por cien años seguidos.
El capitalismo destruyó las dos principales fuentes de riqueza de la zona sur del estado, la naturaleza y posteriormente al hombre, que, en ausencia del agua, busca desesperadamente del recurso hídrico perforando pozos de más de 400 metros de profundidad, y dotando de agua contaminada con metales pesados a comunidades como la de Jiménez; derivado de que actualmente el Río Florido ya no es florido, sino seco, por la ausencia de agua, que aunado a la sobreexplotación del recurso hídrico generaron una crisis en la región sur del estado, que es señalada por alcaldes y la misma CONAGUA dentro de estudios técnicos.