El 26 de septiembre del 2014 fue una fecha que marcó la historia del país, tras la desaparición forzada de 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, en Iguala.
Sin embargo, de aquella terrible historia hubo 23 sobrevivientes, entre ellos Diego García Castillo, quien aquel día, junto con un grupo formado por otros 13 estudiantes normalistas, logró salvar su vida.
Relató para El Heraldo de Juárez lo que se vivió aquel día, cuando realizaban una serie de manifestaciones en Iguala, dónde planeaban dirigirse a la Ciudad de México, para los movimientos del 2 de octubre.
Ellos tenían agendado llegar a apoyar las manifestaciones en la capital y a la salida de Iguala empezaron a retener autobuses, con los que planeaban hacer su viaje.
Recordó que diez normalistas subieron a un autobús que iba de Chilpancingo para Iguala y acordaron dejar al chofer de la unidad en la central.
Sin embargo, ahí fueron retenidos sus compañeros, por lo que decidieron salir de Iguala, tomando cinco camiones, entre ellos dos Estrella de Oro y un Flecha Roja.
Después, ellos salieron por el Periférico Sur y otro grupo agarró la salida del Periférico Norte, todos con la intención de llegar a la CDMX.
Relató que tomaron camino hacia Acapulco, dónde esperaron que le entregaran unas pertenencias a su chofer, siendo cuando les informaron que ya habían matado a uno de sus compañeros.
A partir de ese momento las cosas fueron empeorando, ya que al llegar al Puente del Chicote, cerca del Palacio de Justicia, en la autopista, encontraron uno de sus autobuses todo rafagueado, asegurado por agentes policíacos.
En ese momento, fueron interceptados por elementos de la Federal de Caminos, quienes hablaron con el chofer y le cuestionaron a quienes llevaba.
Posteriormente lo bajaron a él y sus 13 compañeros y escucharon cuando dijeron los federales "los bajamos y aquí los matamos".
A pesar de que ellos se identificaron como normalistas de Ayotzinapa, fueron bajados y en ese momento decidieron echarse a correr, logrando esconderse en una casa abandonada.
Minutos después acordaron salir a buscar a sus demás compañeros y según Diego, fue cuando empezaron a ser perseguidos y atacados a balazos por agentes policíacos.
"Una señora que estaba esperando a sus hijos nos ayudó, ella salió gritando que no nos disparen, nos abrió la puerta de su casa pensando que su hijo venía entre nosotros y nos resguardo ", contó el ahora maestro de primaria.
Mencionó que durante la persecución y confusión, también fueron asesinados algunos jugadores del equipo de fútbol Avispones de Chilpancingo, al ser confundidos con normalistas.
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Tras permanecer horas escondidos, al siguiente día, cerca de las 6:00 de la mañana, salieron de la casa y los detuvieron agentes ministeriales, para ser llevados a declarar.
Durante las entrevistas les preguntaron en qué vehículo iban, respondiendo ellos que en un autobús Flecha Roja, pero ya no les pidieron su declaración bajo la excusa de que en ese camión no hubo muertos.
"Ahí estuvimos como hasta las 7:00 de la noche que nos llevaron a la Normal y cuando estuvimos ahí fue que nos dimos cuenta que había pasado con los demás chavos, a uno de los compañeros que iba conmigo lo desollaron vivo, mataron a otros dos compañeros y un compañero recibió un impacto de bala en la quijada", recordó visiblemente afectado.
Diego García asegura que en este lamentable hecho participaron policías municipales, estatales, Ejército Mexicano, la Policía Federal de Caminos y la Dirección de Protección Civil de Iguala.
"Estamos exigiendo justicia por los compañeros por aquel crimen de estado, un crimen de lesa humanidad ", finalizó docente, quien ahora se dedica a dar clases en una escuela de Guanajuato, tras haber terminado sus estudios.