Un panorama desolador, de indignación, dolor y tristeza, es lo que refleja el inmueble del Instituto Nacional de Migración (INM), entre los migrantes que se encuentran pernoctando en las afueras para exigir justicia por el fallecimiento de 40 migrantes y 27 lesionados que se debaten entre la vida y la muerte porque nadie les abrió la reja para que pudieran escapar del fuego, el pasado lunes 27 de marzo.
Por el lado de la calle Colegio Heroico Militar se observan las rejas de las celdas donde se encontraban resguardados mujeres y hombres de Guatemala, Venezuela, El Salvador, Honduras y Colombia, a una semana, todavía sigue presente el humo que consumió la vida de los migrantes.
También las paredes manchadas de carbón, al igual que cinco pequeñas ventanas recalcando la tragedia del incendio, que a su altura contienen la tipografía de Gobernación, Secretaría del Gobierno y a un lado el de INM.
Entre las escalinatas encontradas hay muchos zapatos quemados, intentando ser tapados con una silla y por supuesto, los cordones amarillos, símbolo indicador en Ciudad Juárez de muerte.
Por ese mismo lado del INM, existe un patio, donde recibían a los migrantes retornados bajo el Título 42, ahí siguen seis carpas con sillas donde se les daba explicación a las personas que llegaban a México, además de otras dos carpas blancas, las cuales estaban destinadas para entretener a los menores con colores y mesitas.
En esa misma área están las dos estaciones “Wash móviles”, que estaban próximas a abrir con el apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Ahí mismo se encuentra estacionado un carro gris con logos de Gobierno de México y logo del INM, así como dos cuatrimotos y un jeep del grupo Beta con su leyenda “Protección al migrante” y dos vagonetas tipo Van, en las que transportaban a los migrantes rumbo a las celdas de la estancia provisional migratoria.
Por el lado de la calle General Rivas Guillén, frente a la presidencia municipal y donde está el memorial a las víctimas del incendio y se instalan casi 200 migrantes en su mayoría venezolanos, sólo dos elementos de la Guardia Nacional son los que están custodiando el inmueble.
Al bajar por el puente Reforma, mejor conocido como Lerdo, esa es la parte de oficinas, donde se sigue dando atención a personas que acuden a realizar trámites de los programas de Bienestar.
Los guardias de federación corrieron a la representante de esta casa editora al igual que al fotógrafo, amenazando con un arresto por parte de la Guardia Nacional, ya que argumentaban era por protocolo de seguridad, el cual que hace una semana mientras ardían las llamas no sirvió para salvar 40 vidas humanas, impidieron a prensa estar tomando fotografías y observando el movimiento de las oficinas.
Pasado el mediodía arribó al edificio personal de peritos del Cuerpo de Bomberos de esta ciudad, mismos que se detuvieron “Venimos a colaborar con la Fiscalía de la República Mexicana para la investigación”, comentó el capitán Samuel Ávalos.
Publicado originalmente en El Heraldo de Juárez
