Amigos y familiares se dieron cita para darle el último adiós a Edith de 17 años de edad, quien murió al ser arrollada por un joven universitario mientras esperaba la rutera en la Ciudad del Conocimiento.
El cuerpo de Edith fue velado en la casa de sus padres, marcada con el numeral 2164 de la calle Sendero de la Flora, en el fraccionamiento Senderos de San Isidro.
El dolor y la tristeza podía sentirse en el lugar, mientras que el ataúd color azul cielo repleto de flores y la imagen de Edith abrazando a su fiel mascota adornaban la sala de aquella humilde vivienda.
“Nos quitaron a mi niña, nos la quitaron, solo le pido a Dios fortaleza, porque nos deja un gran vacío”, exclamó el señor José.
Recordó que cinco minutos antes de ser atropellada, Edith se había comunicado con su madre, la señora Francisca B., para avisarle que ya había salido de clases y que iba para la casa, que le volvería a marcar cuando subiera a la rutera.
Tan solo 15 o 20 minutos después, le llamó su sobrino para darle la terrible noticia, sin imaginarse que le habían arrebatado la vida a su pequeña.
Ahora sus hermanas, María Guadalupe y Elizabeth, se encuentran desconsoladas, ya que Edith era su hermana mayor y quién velaba por ellas en todo momento, las cuidaba y siempre les tenía una palabra de cariño.
“Ese vacío, ese hueco que va a quedar en nuestro corazón para siempre, porque era una niña que los alegraba el corazón todos los días”, dijo con la voz entrecortada el padre de la jovencita, quien aseguró que ella era muy querida por sus compañeros de escuela y por los vecinos del fraccionamiento donde vivían.
El cuerpo de Edith partió en un cortejo fúnebre en punto de las 2:00 de la tarde, con dirección al panteón San Rafael, lugar donde será su última morada.
Por su parte, la Fiscalía de Distrito Zona Norte informó que Eliot Daniel S. C., de 18 años de edad, responsable de la muerte de la joven estudiante, ya fue presentado ante el Juez.
El conductor enfrenta cargos por el delito de homicidio imprudencial, además de que durante su detención se le detectó que se encontraba en segundo grado de ebriedad.
Publicada originalmente en El Heraldo de Juárez