“En ese momento pensé que nos íbamos a morir, sentí un nudo en mi garganta, me sentía destrozado al pensar que todos los sueños de mi hija no se iban a poder cumplir si nos arrastraba la corriente. No tocábamos fondo, yo solo veía que ella inclinaba su rostro al cielo para no tragar agua”.
Esto fue lo que expresó entre lágrimas Felipe, migrante guatemalteco que estuvo a punto de morir junto a su hija al ser arrastrados por la fuerza que llevaba el Río Bravo, esto al intentar cruzar a Estados Unidos y huir de las amenazas de muerte que tenían en su país.
Pasada de media noche, fue cuando este hombre de 35 años, decidió arriesgarse junto con su hija de 12 años a cruzar el bordo del Río Bravo, con la finalidad de conseguir lo que cientos de migrantes buscan, el sueño americano, pero sobretodo, para salvar su vida y la de su hija que estaba en riesgo si seguían en Guatemala.
Mi hija iba al colegio y comenzaron a buscarla grupos delictivos para que formara parte de las pandillas, en ese momento comenzó la pandemia y empezaron a dejar cartas en mi casa que decía que nos iban a matar a mi hija y a mi, después nos enteramos que nos estaban buscando, ya nos tenían muy bien identificados Contó
Cubana se naturaliza juarense tras no conseguir el ´sueño americano´
Ante este riesgo de muerte que vivían en su país, el señor Felipe tomó la decisión de emprender un recorrido de dos semanas, que entre rite y camiones, lo trajeran a esta frontera, dejando a su esposa y a su otro hijo en Guatemala.
Fue este jueves cuando padre e hija llegaron a esta frontera, ese mismo día intentaron cruzar y para las 2:00 de la mañana ya estaban refugiados en el gimnasio Kiki Romero, luego de que policías municipales los ayudarán a sobrevivir.
Felipe narró que ni siquiera pudieron llegar a la mitad del río, ya que jóvenes que también intentaban cruzar, se lanzaron encima de ellos “nos quisieron usar como lanchas”. En ese momento fue cuando la situación se comenzó a tornar difícil.
“Al darme cuenta que ella ya iba para abajo yo me tuve voltear y la logré empujar un poco para que lograra respirar, a pesar de que estábamos cerca de la orilla no sentí fondo, solté la bolsa donde llevaba mis pertenencias y logré rescatarla y aventarla a los arbustos”, contó.
“Para mi fue muy duro ese momento porque pues es mi hija, es el tesoro que yo amo en esta vida y hemos pasado momentos muy duros, sin embargo yo sabía que no era justo que ella pasara ese momento, nunca lo imaginamos de hecho, solo el poder de Dios nos pudo haber rescatado”, expresó con un nudo en la garganta.
Felipe agradeció que la policía estaba cerca y los ayudó a salir, “algunos de ellos se metieron al río para también rescatar a otros jóvenes, yo les agradezco mucho”, agregó.
Para él, regresar a su país no es una opción, por lo pronto, esperaran a que la corriente del río baje para volver a intentar cruzar el muro de Estados Unidos.