El derrumbe de la carretera ubicada sobre el tramo de San Lorenzo a Los Jagüeyes, en el municipio de Buenaventura, continúa expandiéndose con el paso de los días, esto debido a que en su interior se mantiene el desprendimiento de la estructura, parte de la tierra y piedras de la elevación donde se encuentra construida la carretera.
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A pesar del riesgo que implica para los conductores, el tramo carretero está totalmente abandonado, pues nadie se hace cargo de prevenir a los automovilistas y curiosos que no se acerquen al lugar y en cambio sólo dejaron botes de color naranja y montones de arena para prevenir el paso de las personas.
En ambos extremos donde se encuentra el “socavón” fueron colocados dos conos o botes de color naranja, así como una o dos llantas para prevenir el paso, sin embargo, al momento ninguna autoridad se ha hecho cargo de abanderar el lugar o evitar el paso de curiosos, a pesar de que este agujero continúa expandiéndose con el paso de las horas.
Las grandes dimensiones de este desprendimiento hace que los conductores y algunos curiosos acudan a este lugar para tomar fotografías, principalmente de las personas que cruzan del municipio de Namiquipa al de Buenaventura, que es donde se han generado los daños a la vía de comunicación.
El secretario de Obras Públicas, Gustavo Elizondo, comentó que ese tramo carretero no pertenece al estado de Chihuahua, por lo cual sería la Secretaría de Comunicaciones y Transportes la encargada de realizar la atención de dicho tramo carretero, lo cual hasta ayer no había iniciado.
A decir de Angélica Charles, jefa del departamento de comunicación social de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Chihuahua, ese tramo carretero no es de la jurisdicción federal y correspondería al estado atenderla.
Su extensión al día de hoy es de por lo menos de 7 metros de ancho sobre el tramo carretero y mantiene un largo 25 metros, y de acuerdo con varios pasajeros y vecinos de comunidades aledañas, el desprendimiento sigue avanzando con el paso de los días, ya que inició con al menos un hoyo de 3 metros de diámetro hace 10 días y ahora supera los 20 metros de diámetro.
Las autoridades estatales, de la Secretaría de Obras Públicas del Estado, afirman que estos daños ocasionados a la carretera están relacionados con una serie de fallas en la superficie, además de que la corriente de agua derribó toda la estructura y ocasionó que la carretera colapsara en un par de horas.
Al realizar un recorrido por esta zona, se aprecia que toda la estructura que sostenía el peso de la carretera fue derribada por la corriente de agua, incluso aún varias columnas que estaban colocadas bajo la carretera fueron localizadas a siete o 10 metros de su posición original, lo que habla de la gran presión y fuerza con la que contaba la corriente de hace más de 10 días.
La altura, desde la corriente del cauce del arroyo a la carretera, es de aproximadamente 12 metros y la mayoría de las paredes se encuentran compactadas con tierra y piedras, que son sostenidos por unas columnas de concreto y varilla, las cuales no soportaron la corriente de agua de hace unos días y se mantienen en constante desprendimiento.
A raíz de este hoyo que se generó en el tramo que se encuentra a 20 minutos de la comunidad de San Lorenzo, perteneciente al municipio de Buenaventura, se habilitó una brecha de aproximadamente 2 kilómetros de recorrido, por donde actualmente están cruzando tráileres, vehículos particulares, camiones y vehículos de todo tipo.
De acuerdo con personas que habitan a un par de kilómetros del lugar, ninguna autoridad se ha hecho responsable por atender el desperfecto en la carretera y en cambio su diámetro continúa extendiéndose y les preocupa que pueda continuar, ya que en caso de otra lluvia, la brecha que habilitaron cruza con el cauce del arroyo y por ende los dejaría incomunicados por dicho tramo carretero y tendrían que tomar otro camino, que implica más tiempo y gasto en combustible.
Para llegar a este punto se requieren alrededor de 2 horas de la capital del estado y se toma el acceso de Los Jagüeyes a San Lorenzo, que es un tramo de cerca de una hora de camino, donde estos habitantes comparten una serie de actividades primarias y comercio interior para proveerse de insumos.