El obispo de El Paso, Mark Joseph, señaló que, de acuerdo a datos proporcionados por las agencias fronterizas, han muerto 853 migrantes en su intento de llegar a los Estados Unidos, un ejemplo de ello, la niña guatemalteca que fue arrastrada por las corrientes del Río Bravo, a unas millas donde se realizó la Misa Binacional.
“Muchos siguen muriendo en manos del crimen organizado en México, en Centroamérica, muchos tratando de evadir a las autoridades. Solo en este año las agencias fronterizas reportan 853 muertes en su intento de querer cruzar. Una de ella una niña de Guatemala que murió a un par de millas del lugar en el que estamos parados. La niña soñaba con trabajar un día en Kansas, quería ganar suficiente dinero con su madre para ayudar a su hermano discapacitado de 16 años”, expresó.
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“¿Cuántos de los que están aquí hoy, son migrantes?, muchos lo somos. Ustedes son una bendición para nosotros, son un tesoro. Podemos aprender mucho de ustedes, hay tanto que pueden contribuir a la nación que los recibe. Muchas cosas las has dejado atrás por el bien que realmente importa, por el bien de tu familia y por vivir sin miedo”, expresó el obispo Mark.
Mencionó que lamentablemente muchas personas se han perdido en el camino y sus historias no serán contadas hasta que se esté en el reino de Dios.
“Hoy somos conscientes qué hay muchos que no han llegado sanos y salvos a este destino terrenal temporal. Es posible que sus historias nunca se cuenten hasta que los encontremos en el reino de Dios. Sabemos que miles han muerto en sus esfuerzos por llegar a los Estados Unidos a través de esta frontera”, expresó el obispo de El Paso.
Informó que, en El Paso, al menos se han apagado 22 vidas ahogadas en el Ríos y en canales agrícolas.
Durante su sermón, el obispo se preguntó qué es lo que se podía hacer para poner fin a tanta pérdida y dolor, por lo que considero que la respuesta estaba Justo frente a todos, en la frontera, en el lugar de encuentro de dos grandes naciones.
El obispo, resaltó que no se es un lugar de confrontación sino un lugar de encuentro, donde se merecen el uno del otro y donde las economías dependen una de otra. Y resaltó que todos tienen familias que viven en ambos lados de la frontera.
Finalmente, dijo que, en la frontera, se puede aprender mucho de su fe y de escuchar sus testimonios.
A ello, el obispo de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres, invitó a acoger a los hermanos migrantes, ya que esto representa recibir al mismo Jesús.