La situación de cientos de venezolanos que son expulsados de Estados Unidos, cada día se pone más crítica, pues siguen en la orilla del río Bravo en situación de calle, resguardándose sólo con cobijas, pese a saber que ya se está aplicando el Título 42 para ellos y otros ciudadanos, el cruce ilegal a través del río sigue continuo.
A un costado del puente negro, por donde se entregan a la Patrulla Fronteriza, venezolanos han colocado una enorme manta que estará permanente, donde piden ayuda al presidente de Estados Unidos, Joe Biden y al senador Marco Rubio con frases como “S.O.S.”, “#Venezuela”, “Huimos de la Dictadura” y en inglés “The good ones are more” (Los buenos somos más).
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En menos de cinco minutos, se pudo observar migrantes atravesar el río para entregarse a la Patrulla Fronteriza, aunque venezolanos, les han comentado que los van a regresar, no les importa y cruzan, se entregaron cuatro personas que conformaban una familia de Nicaragua, luego un señor de Perú y después una madre con su hijo provenientes de Ecuador.
En relación a las Tarjetas de Estancia en México por Razones Humanitarias que está expidiendo el Instituto Nacional de Migración para que venezolanos permanezcan y puedan trabajar de manera legal en este país, los migrantes comentan que el servicio está colapsado, pues desde las primeras horas del día tienen que estar haciendo fila para alcanzar, incluso hay días que duermen ahí.
Juarenses son el apoyo a migrantes venezolanos
Juarenses de manera individual, en familia o grupos religiosos son quienes han tendido la mano a los migrantes venezolanos que están en el bordo fronterizo expulsados de Estados Unidos viviendo en la calle.
A lo largo de la mañana llegaron en varios carros para entregarles ropa, cobijas y alimento, entre ellos, la señora Rosa, quien venía de El Paso, Texas, traía una maleta de ropa para donar, sin embargo, en la aduana mexicana, le cobraban 500 pesos por pasarla, decidió dejar la ropa ahí y donar dinero a los venezolanos.
Al decirles que se repartieran el dinero, los migrantes dijeron que mejor les trajera insumos para hacer comida y así sería mejor la repartición.
También por parte de una iglesia cristiana, se les instaló una regadera, sin embargo, el agua sólo les duró 20 minutos; para asearse se han tenido que acercar a hoteles, los cuales cobran 130 pesos la hora, para dos personas.
También se pudo observar que juarenses les han regalado tiendas de campaña, las cuales, ya están instaladas en esa área donde se están quedando.
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Por parte del gobierno, sólo se les ha invitado a ir a los albergues, pero no se les ha dotado de comida, agua, ni ropa, ni se les ha habilitado un espacio para bañarse.