CD. JUÁREZ.- Han transcurrido 365 días desde que el terror se apoderó de Ciudad Juárez, cuando en una serie de ataques armados, enlutaron a varias familias. Aquí narramos los testimonios de algunas personas que vivieron de cerca ese día que quedará en la memoria de los juarenses como el “jueves negro”.
La familia de Alberto Holguín Peña, joven que fue herido en los ataques de aquel fatídico día al interior de una pizzería, está requiriendo apoyo sicológico para su familiar luego de que, a la vuelta de un año, no ha podido superar el trauma que le generó ser víctima de la agresión armada.
“Mi hijo ya se reintegró al trabajo en una empresa maquiladora, sin embargo, no quedó del todo bien; tiene una esquirla de bala incrustada en la entrepierna y le genera mucho dolor. Estamos esperando fecha de cirugía para que le puedan sacar esa esquirla”, refirió la mamá del joven.
Holguín Peña fue herido el hace 365 días cuando acudía a recoger un pedido de comida a la pizzería Little Caesars ubicada en el cruce Rancho Mezteñas y Ejército Nacional, sitio que fue rafagueado por integrantes del crimen organizado que también dieron muerte a cuatro comunicadores al exterior de dicha negociación, al momento que transmitían un control remoto.
“En el caso de mi hijo, al principio todo fue confusión, ya que él tiene una condición de sordera y no habla, la verdad que al principio no supo qué fue lo que pasó; recibió tres impactos de bala en diferentes partes del cuerpo y tuvo que pasar por varias cirugías y un proceso muy lento de rehabilitación, nos cambió la vida por completo”, indicó la entrevistada.
Cabe señalar que el joven duró internado varios meses en una clínica del IMSS en esta ciudad, en donde fue sometido a varias cirugías.
“Estando ahí en el hospital recibió la visita del alcalde Pérez Cuéllar, creo que hubo un apoyo económico para mi hijo, no sé la cantidad y quedaron en que iba a haber asistencia sicológica para él, pero por su condición de sordera ha sido difícil conseguir dicho apoyo”, refirió la madre.
Se reintegró hace apenas una semana a la maquiladora en que laboraba en la fecha del ataque, destacando que trabajaba además en una plataforma de entrega de comida para generar un ingreso extra.
“Definitivamente que es una situación muy difícil, veo que a mi hijo le cambió la vida de manera drástica y espero que las autoridades, la que sea, se pongan las pilas y le brinden la atención sicológica que está requiriendo de manera urgente”, finalizó la mamá de Carlos Alberto.
Murieron cuatro comunicadores
El “jueves negro” también enlutó al gremio de la comunicación, con el asesinato de cuatro empelados de Megaradio: el locutor Alan González; el gerente de Operaciones, Armando Guerrero; Lino Flores, del área de Promociones y el escolta Alejandro Arriaga, quienes hacían un control remoto para promocionar un evento.
A un año de los lamentables hechos, el director de Switch 105.9 y de Magia Digital 100.7, Mario Romero comentó que ese día se dieron varias situaciones que parecían detener su trayecto al control remoto, pues durante la mañana y parte de la tarde estuvo encargado de ver los permisos para la realización del evento en El Paso —show que fueron a promocionar esa tarde— y al verse impedido de usar su celular, le fue imposible enterarse que la ciudad estaba pasando por una ola de terror, posteriormente apoyó a uno de los compañeros con su auto averiado.
Romero relata algunas experiencias para que no se olviden y para que el recuerdo de sus compañeros asesinados siga más vivo que nunca.
“Alan como todos se preparaba, el contenido siempre en cada intervención dejaba una enseñanza y nos dejaba esperando algo más para su próximo programa, a ver de qué va a habar, nos dejaba ‘picados’ o muy interesados con los temas que manejaba a diario”, señaló entre risas.
“En lo personal era muy amante del rock en español, así como era al aire, era fuera de; era muy autentico, reservado con su vida, poco a poco fue abriéndose más, le costó la transición de una radio que dejaba a la imaginación para dar paso a las transmisiones en vivo, pero nada que no pudiera manejar de excelente manera”, relató Romero.
En relación a Armando Guerrero, Romero agregó que la relación con él fue más estrecha, las conversaciones tanto en persona como por mensajes era prácticamente todo el día, pláticas que extraña, ya que compartían el gusto por películas y otros temas; en lo que respecta a Lino, la convivencia era buena, una persona entregada a su trabajo, profesional y a quien recuerda también constantemente.
Romero asegura que está bien, ha logrado manejar la situación y sus emociones de tal manera que le conlleve seguir relacionándose con sus compañeros de trabajo y sobre todo la familia.
“Me siento tranquilo, las últimas semanas han llegado los recuerdos conforme van acercándose los días, pero estoy mejor de lo que pensaba que estaría a un año; los primeros meses fueron eso, meses, no días y semanas, fueron difíciles, apenas en enero de este 2023, fue que ya más o menos agarré más la onda de lo que pasó”, mencionó al frotar sus manos.
"Fue un desafío a la autoridad"
“Los hechos del conocido 'jueves negro', fue un desafío a la autoridad por parte de un grupo criminal que se oponía a que su líder fuera trasladado fuera del Cereso 3”, señaló el fiscal de la Zona Norte, Carlos Manuel Salas.
Reconoció que la “escandalosa corrupción” que imperaba al interior del Cereso 3 cuando sucedieron los hechos, fue un factor determinante que tuvo mucho que ver en la jornada violenta de hace un año.
“No te puedes explicar cómo una persona tan joven, como lo era el Neto, tuviera la capacidad de mover a tanta gente desde el interior de una cárcel, se detectó en su momento que fueron cinco células delictivas las que operaron ese día y se hicieron cargo de sembrar el terror”, señaló el funcionario.
Salas comentó que fue como un tipo de “lección” que el criminal quiso dar a las fuerzas del orden, fue como decir “a pesar de que estoy preso puedo mover a mucha gente”.
Con información de: Alejandra Carreón | El Heraldo de Juárez
