Días de angustia y miedo vivieron cientos de migrantes que arribaron ayer a esta frontera, ya que dijeron haber sido víctimas de secuestro en Durango y que fueron rescatados por el Ejército.
“En la travesía de México ha sido difícil, lo más complicado el secuestro”, dijo una mujer migrante desde la ventanilla del camión que los llevaba al albergue “Kiki” Romero.
Otra persona migrante originaria de Nicaragua dijo que pasaron más de diez días secuestrados y fueron afectados psicológicamente y no les daban de comer.
“Tenemos pensado seguir nuestra travesía, porque vamos para Estados Unidos”, dijo. “Secuestraban los camiones y nos pedían 5 mil pesos y quien no los traía los trasladaban en camionetas a casas, tenían retenida a la gente, uno se escapó y dio el aviso y llegó el Ejército”, recordó.
“Armamos la caravana porque éramos gente que estaba secuestrada, la pasamos difícil ya Dios tuvo misericordia y el Ejército nos dio libertad”, resaltó.
Una familia proveniente de Colombia dejó el albergue “Kiki” Romero y manifestaron que su propósito era “juntar un dinerito” y buscar cruzar a Estados Unidos.
“Muy complicado, feo, triste, pero bueno, gracias a Dios estamos aquí, estamos bien, nos apoyado mucho, gracias a Dios”, dijo la madre de familia.
“Queremos ahorrar dinero, trabajar vendiendo dulcecitos, algo, para poder cruzar”, agregó. “no sabemos como es el albergue, existe un temor que nos vayan a devolver”, dijo.
Por su parte, el padre de familia comentó “días secuestrados y nos van a meter a un albergue así que parece una cárcel, eso a uno le da miedo después de tanto sufrimiento como hombre, como cabeza de hogar me pusieron a hacer un hoyo, tenemos miedo, entramos a comer y salgamos”.
“La salvacion es individual y Dios ha metido la mano mucho con nosotros, no por nuestra familia sino por todos, éramos más de cuatro mil personas que estábamos en cautiverio, a las mujeres les daban con las cachas de lo fusiles, con palos, nos daban nada mas tortillas y una agua que los ponía a todos dormidos”, mencionó.
Nota publicada en: El Heraldo de Juárez