Perfil psicológico de los evadidos del penal, está determinado por las vivencias durante la infancia y juventud. La falta de atención y el mal ejemplo también son factores que influyen para que se ensañen contra sus víctimas al cometer un delito.
Los considerados años negros, que fueron vividos en Juárez desde el 2008 hasta el 2010, falta de límites y el mal ejemplo que tuvieron desde niños o jóvenes, generaron que los reos evadidos del Centro de Reinserción Social número 3 se convirtieran en victimarios.
“Casi toda nuestra conducta adulta se forma en la infancia, probablemente ellos provengan de hogares en donde, dos características que se encuentran en esos hogares, no les ponen límites a esos niños de chicos y existe mucha intensidad en el hogar, esto significa que son víctimas de abandono o los crían los abuelos o la mamá tuvo que trabajar y les gritaban, había mucha intensidad”, mencionó Javier Antonio Cabada Seáñez, Presidente del Consejo Administrativo de la Escuela Superior de Psicología de Ciudad Juárez.
Cabada Seáñez agregó, “es posible que vieran al papá o la mamá drogado o tomado o que la mamá tuviera varias parejas sentimentales, esto es frecuente que en la personalidad delictiva tengan esta condición en donde las mamás son inestables, no les ponen los límites y tienen malos ejemplos, lo que serían las tres constantes, no limites, mucha intensidad y los malos ejemplos que pueden ser del padre, el hermano mayor del barrio”.
Después de todo lo anterior, el psicólogo comenta, “cuando llegan a la adolescencia se integran con una pandilla, un grupo social que los acepta y entonces con ellos se vinculan a esta clase de personas, a esta personalidad se le llama disocial, se diferencia del antisocial o psicópata, porque el psicópata no siente cariño por nadie, el caso de “El Neto”, el sí parecía tener afecto, probablemente por las mujeres que él tenía, pero tenía más rasgos anti psicópatas que el resto de sus seguidores, estos no sienten, pena, culpa o remordimiento y es incapaz de amar a sus semejantes y el disocial que es el pandillero solamente aprecia a los miembros de su pandilla”.
Se asocia también a estos factores el consumo de droga como el cristal y el fentanilo actualmente, ocasionando daños en el lóbulo frontal y esto genera que exista químicamente un daño en el cuerpo, lo que a su vez traerá un mal control de las emociones y se vuelven más sanguinarios cuando cometen los delitos.
La ira mal controlada, por ejemplo, más el consumo de alcohol u otras drogas, es una fórmula potencial para tener individuos violentos que están siendo etiquetados como generadores de violencia; ya que su núcleo familiar al entrevistarlos hacen referencia a las carencias y hechos violentos por los que tuvieron que pasar.
Actualmente, el mensaje va dirigido a los cuidadores o padres de los niños o jóvenes, ya que por la excesiva carga de trabajo u otras actividades descuidan la educación o el acompañamiento que necesitan y van creciendo con música, videos o hasta series relacionadas con el narcotráfico y sus atractivos “beneficios”, generando que busquen llegar a todo eso por un mal camino.
“Estos chicos están bombardeados por diferentes medios para seguir estos estilos de vida que les promete esas posibilidades de las que ellos no creen que son capaces de acceder de otra manera –trabajando y haciendo el bien-, desde la casa a temprana edad, debemos estar constantemente en canales de diálogo para crear oportunidades de conversación para ver el análisis que hacen los chicos de la realidad y poder intervenir justo en el momento que piensan hacer toma de decisiones, para que sea la que más les beneficie”, comentó la psicóloga Selene Solís.
Publicado originalmente en El Heraldo de Juárez