Este miércoles, migrantes que transitaban por Ciudad Juárez hacia El Paso Texas, además de toparse con un maya de tres metros de altura alambrada con púas, se encontraron con gran afluencia de agua en el río Bravo, que para quienes no sabían nadar representa un riesgo para su vida.
Un grupo de venezolanos al llegar al río Bravo vieron el agua y comenzaron a llorar debido a que no sabían nadar y el cruzar les daba miedo, entre lo que hablaban entre ellos suplicaban a Dios un milagro para poder atravesar el caudal.
Luego de esperar unos minutos, una familia de bolivianos llegó al río Bravo a unos metros del Border Saferty Initiative Marker (Marcador de iniciativa de seguridad Fronteriza / BSI 36), la familia traía dos cuerdas y comenzó a echar aire a un inflable acuático para así cruzar, sin arriesgar su vida y sin mojar tanto su ropa, ya que al mojarse en el río y con el aire la sensación térmica en el lugar cambia.
“Nos avisaron antes de llegar que compráramos uno de estos (inflable), porque nosotros no sabemos nadar y por lo menos agarrándonos de la cuerda podemos cruzar el río”, contó Edwin de Bolivia.
Fueron sus mismos compañeros bolivianos, quienes les avisaron que el río llevaba bastante agua, por lo que les recomendaron comprar el inflable, ellos a diferencia de la mayoría de los migrantes llegaron en avión.
➡️ Únete al canal de WhatsApp de El Heraldo de Chihuahua
Ellos tenían planeado uno fuera al frente jalando el inflable, pero en ese momento, se organizaron; fue una mujer venezolana quien se aventuró a nadar con un pie amarrado a la soga y hasta llegar al lado estadounidense, ahí la amarró a un árbol y así empezaron a cruzar migrantes arriba del flotador guiándose por la soga.
Algunos de ellos tenían mucho miedo, por lo que otro migrante, Jesús de origen venezolano se unió a ayudar al grupo. “Pasé hace rato, con mis niños uno de un año y otro de ocho y mi esposa que está embarazada”, dijo Jesús.
El apoyar a otros migrantes cruzando en repetidas ocasiones el río bravo, le surgió porque él tiene familia, “Hay que ayudar a la gente también, todos somos una familia de todos los países que quieren cruzar a los Estados Unidos”, dijo después de dar varias vueltas nadando el río Bravo.
A la par, en el BSI 36 también se colocó una cuerda atada de lado a lado, por donde cruzaban más migrantes agarrados, algunos de los que se encontraban del lado americano apoyaban a quienes no podían cruzar, hasta que llegaron los migrantes con el inflable y aplicaron la misma dinámica frente a la mirada de la Guardia Nacional de Texas.
Publicada originalmente en El Heraldo de Juárez